TRANQUILIDAD, que el alcalde Sanz ya ha aclarado que no habrá tasas para los eventos extraordinarios que tanto gustan en Sevilla. Todavía no ha preguntado ningún partido en el pleno municipal cuánto han costado las últimas redadas extraordinarias en el Polígono Sur. Mover a la Policía Nacional y a la Policía Local siempre tiene un gasto, y también hay que ver el feedback. En este caso del Polígono Sur, hay que ver el retorno que supone para Sevilla volver a salir en los informativos por tener uno de los barrios más pobres y conflictivos de España. Y por haber montado una operación necesaria, que no debería ser extraordinaria, sino ordinaria. Los problemas de las Tres Mil Viviendas no son nuevos. Para que se vieran soluciones, lo primero sería hacer caso al comisionado, Jaime Bretón, al que nombraron, lo dejaron allí, y se han dedicado a no hacerle caso y aburrirlo.
Se sabe desde tiempo inmemorial que el primer problema de las Tres Mil es la delincuencia, derivada de la droga y la industria casera de la marihuana. Por ahí se debe empezar, por acabar con esa anomalía. Conste que es un problema policial, pero no sólo. También lo es por las normativas penales vigentes, que facilitan que individuos con más de 20 y 30 detenciones puedan pasear por el lugar de los hechos.
De la droga y sus negocios vienen otros males. En el Polígono Sur está haciendo un gran esfuerzo el Comisionado, y pagan las instituciones, y también actúan entidades religiosas vinculadas a la Iglesia, y hay proyectos asistenciales de las hermandades como el de Fraternitas del Consejo, o el de Azarías de la Soledad de San Lorenzo, que ha conseguido que jóvenes del barrio terminen carreras universitarias. Es muy importante el esfuerzo de los profesores en los centros educativos, para corregir una tasa muy alta de abandono escolar, en un ambiente de mal rollo, donde los niños que estudian son heroicos. Y donde las personas modestas que allí viven, a veces en familias desestructuradas, sufren la presión de un entorno de miedo.
Todo eso se sabía. Como se sabía que Jaime Bretón propuso algunos derribos en el entorno de las 624 viviendas para reurbanizar el barrio. Ahora esa idea ha encontrado altavoz cuando la ha planteado el alcalde, José Luis Sanz. Además del gasto en redadas extraordinarias y operaciones de limpiezas extraordinarias, en el Polígono Sur se está invirtiendo mucho dinero público y privado. No están tan abandonados, sino que falla la aplicación. En Sevilla hay otros barrios con problemas, pero las Tres Mil se han convertido en el gran ejemplo de lo que no se debe tolerar.
José Joaquín León