VELAD, porque no sabéis ni el día ni la hora. Velad nos suena a vela. Todo está escrito en las sagradas escrituras. El Apocalipsis también. Algunos decían: “Esto debe ser el fin del mundo”. No hace falta que venga un Papa negro, Francisco era jesuita. Estaban las tertulias llenas de vaticanistas, pero de inmediato se reconvirtieron en electricistas. Como dijo un tertuliano, “yo no soy vaticanista, ni entiendo de electricidad”. La gente opina de todo, sin saber de nada. Y no se escucha, esto último lo advirtió el Papa Francisco. Hay que escuchar. Sí, pero no dijo que para escuchar hace falta que alguien diga algo. Y un transistor con pilas, como los de nuestros abuelos para escuchar el parte de Radio Nacional.

Y, de repente, apareció él. Habían pasado más de cinco horas sin luz, sin internet, sin teléfonos, algunos sin agua, sin políticos... La verdad es que, a esa hora, a otros privilegiados, entre los que me encuentro, ya nos había dado tiempo de tener luz, porque fuimos de los primeros en recibir la electricidad procedente de Marruecos. Para la luz estamos peor que los africanos, que ya hasta nos ayudan. ¿Dónde empieza el Tercer Mundo?

Decía que de repente apareció él: su nombre es Pedro, Pedro Sánchez. Era como un iluminado. Como si se apareciera en el cenáculo a los incrédulos. ¿Y qué dijo él? Nada. “No sabemos lo que ha pasado, pero se sabrá”, advirtió. Y pensé: ¿por qué sabe que lo sabrá, si no sabe lo que pasó? Según Platón, Sócrates dijo: “Sólo sé que no sé nada”. El filósofo Sánchez lo mejoró, porque él sabía que sabrá algo que no se sabe lo que es.

Ayer añadió que se determinarán las responsabilidades de “los operadores privados”. Pues la responsabilidad del caos no es pública. Y los de Red Eléctrica decían que hubo dos desfases de generación eléctrica por el suroeste, ambos seguidos. Por el suroeste tenía que ser (o sea, por Andalucía), y no se sabía por qué. Y dijeron los del PP: “Si esto pasa con Mariano Rajoy de presidente, la que se forma en este país”. Sucedió que el lunes se quedaron atrapados cientos de personas en trenes, y a medianoche, después de doce horas, quedaban 11 trenes sin rescatar a los pasajeros. La culpa será de los operadores privados.

La presidenta de Red Eléctrica es Beatriz Corredor, registradora de la propiedad de profesión, que fue ministra de Vivienda con Zapatero y cobra más de 500.000 euros al año. En este vodevil de las puertas rotatorias (que decían los podemitas), el último privado en salir apaga la vela y se lleva las pilas. Y un pastón a su cuenta privada, que también se lo lleva calentito.

José Joaquín León