AL sanchismo que gobierna en España le gustan los espectáculos, aunque no los taurinos. Parece que los considera una afición propia de la ultraderecha. Al ser de la ultraderecha, no tiene derecho a la existencia. No vamos a entrar ahora en disquisiciones sobre la afición taurina de la izquierda, ni citar a José Bergamín, ni mucho menos poemas de Federico García Lorca, o incluso recordar a Rafael Alberti como novillero. Hoy en día, en contra de lo que el sanchismo supone, en España sigue existiendo afición a los toros. No sólo en Sevilla y el sur de Andalucía. En Madrid y en otras ciudades también, como lo demuestran los llenos en la plaza de toros de Las Ventas.

El domingo, día 8, se le pone el colofón a la feria taurina de San Isidro con la corrida de Beneficencia. El domingo, en las Ventas, anuncian un cartel con Morante de la Puebla, Fernando Adrián y Borja Jiménez, que lidiarán toros de Juan Pedro Domecq. En el ciclo taurino de este año han organizado en Madrid 21 corridas de toros, tres novilladas con picadores y dos festejos de rejones. Comenzó el pasado 9 de mayo. En una decena de festejos han puesto el cartel de “no hay billetes”.

Y es curioso el tratamiento informativo. Telemadrid ha retransmitido las corridas de la Feria de San Isidro. En Sevilla, muchos aficionados las han seguido a través de la televisión madrileña. En Madrid y en Andalucía, comunidades donde gobierna el PP (por cierto, ambas en solitario, porque ni Isabel Díaz Ayuso, ni Juanma Moreno tienen coaliciones con Vox), las televisiones autonómicas respectivas, Telemadrid y Canal Sur, prestan una amplia atención a los festejos taurinos.

Sin embargo, ¿qué pasa en TVE? La televisión de todos los españoles es mangoneada por el Gobierno del PSOE y Sumar a su gusto. No presta atención a las corridas de toros. Como si estuvieran prohibidas. O, peor aún, como si no existieran. Este boicot nos aporta pistas de cómo entienden ellos la información: lo que no me gusta, o lo que no me conviene, no existe. Sin tener en cuenta el interés general.

Pedro Sánchez colocó a un anti taurino confeso, Ernest Urtasun, de los Comunes (o comunistas) catalanes, como ministro de Cultura, que fastidia en todo lo posible. Son decisiones propias de las dictaduras, y no de las democracias. En este país, hasta los espectáculos son censurados al criterio del caudillo. Si no le gusta, no existe.

José Joaquín León