YA se considera un éxito el tranvibús de Sevilla Este, por la buena acogida que ha recibido. Es el primer intento serio para mejorar la conexión de los barrios que crecieron en el entorno del Polígono Aeropuerto con el centro de la ciudad. Sevilla Este fue el gran proyecto de expansión urbana en los últimos años del siglo pasado. No era un gueto, ni un polígono de los considerados barrios pobres, sino un espacio de ensanche para las clases medias. Ha padecido la cruz del transporte público. Hasta llegar al tranvibús, que acorta los tiempos. Sin embargo, Sevilla Este necesita una línea de Metro, para afianzarse como lo que debe ser en una gran ciudad.

El mismo error con el transporte público se puede cometer en el sur de Sevilla. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento va a declarar mañana como urgente y de interés estratégico el nuevo barrio del Pítamo, donde está previsto construir unas 10.000 viviendas, de las que 4.200 serían VPO. Se supone que allí podrán vivir unas 30.000 personas. El sur será la gran zona de crecimiento en los próximos años.

¿En los próximos años? Existe ya una Sevilla Sur, que comenzó a crecer masivamente en el siglo pasado por Los Bermejales y por Montequinto, además de otras promociones que han urbanizado casi todos los terrenos existentes entre Sevilla y Dos Hermanas. El barrio del Pítamo será construido entre Montequinto y Bellavista. Si se le suman otras promociones de viviendas, como las de Palmas Altas (donde van a construir (2.870, de ellas 1.232 VPO) nos encontraremos con que Sevilla no sólo superará los 700.000 habitantes. Además, quedaría prácticamente unida a Dos Hermanas, lo que supondría un millón de habitantes en el sur de la metrópolis

Aunque la línea 3 del Metro llegará cerca de esos barrios, hay que tener previstas las necesidades para no crear un monstruo urbano. No sólo en el Pítamo, sino en todo el entorno de ciudad- dormitorio que se está ampliando en el sur de Sevilla, y que crece como en los años dorados del boom del ladrillo.

Los rancios dicen que esto llevará a más parroquias periféricas y más cofradías de vísperas. Los que denuncian la turistificación dicen que va a facilitar el éxodo de vecinos y el abandono residencial del centro histórico. Ya se verá lo que supone, pero hay que estar atentos para no lamentar las consecuencias.

José Joaquín León