VERDADERAMENTE corren tiempos difíciles para el literato puro y duro. En el Premio Planeta se ha pasado de tener como finalista a Juan Benet (1980) a que lo gane Juan del Val (2025). Casi medio siglo de literatura democrática. Hemos pasado de jalear a Joyce a que cualquier político es escritor. Hasta Pedro Sánchez o Juanma Moreno. En eso han copiado al régimen anterior. El ministro franquista Gonzalo Fernández de la Mora escribió El crepúsculo de las ideologías, un ensayo filosófico con el que le compararon con Nietzsche y otros así, puede que incluso con Santo Tomás de Aquino. Y lo más terrible es que hasta los de la oposición andaluza fueron al Parlamento de las Cinco Llagas, a hablar de Manual de convivencia, el libro de Juanma Moreno.
Ese libro se ha editado después de que Pedro Sánchez publicara el suyo, con la ayuda de Irene Lozano, titulado Manual de resistencia. Al parecer, cada cual tiene su manual. La mala gente dice que, en este país, las memorias y los libros de los políticos son escritos por los negros contratados. A los negros que escriben para los blancos se les debe cambiar el nombre, que es políticamente incorrecto.
Los grandes líderes quieren que su memoria democrática quede perpetuada en las librerías. En el Parlamento Andaluz no ha gustado el libro. Manuel Gavira, el portavoz de Vox, que ahora está en modo azote contra Juanma Moreno, como si fuera de extrema izquierda, le dijo que ojalá sea un autor de grandes best sellers para que se pueda retirar de presidente de la Junta. Si Gavira tuviera 18 años, como los chavalitos que votan a Vox en las encuestas del CIS, podría haber comprado el libro de Juanma con el bono cultural que regala el Gobierno de Pedro Sánchez.
Hasta el rey emérito, Juan Carlos I, ha publicado un libro. Apareció primero en París, como si fuera la obra de un exiliado. En París publicaban los comunistas en la editorial roja Ruedo Ibérico, pero ahora publican los reyes caídos en desgracia en el ruedo ibérico. En algún medio he leído que un rey no debe escribir libros, que es un gran error. Sin entender que un rey también puede tener negros y negras a su servicio. ¿Como la choferesa de Camilo José Cela? No, como los que salen de beduinos en la cabalgata de los reyes magos. En 2026, el rey negro de Sevilla será Juanma Moreno, pero no repartirá libros.
Hemos pasado de la Antagonia de Luis Goytisolo (que son cuatro novelas de peso en una) a las sagas de Noemí Casquet. Y de la Revista de Occidente a las Cartas a la militancia. Estamos a punto de que llegue otra generación del 27.
José Joaquín León
