NO sólo se han cumplido los 25 años de la clausura de la Expo 92. También comenzaba el sueño olímpico de Sevilla, que auspiciaron el entonces alcalde, Alejandro Rojas-Marcos, y Enrique Moreno de la Cova, que había sido comisario del pabellón del COI. Es sabido que Sevilla presentó candidaturas a los Juegos de 2004 y 2008, y que el sueño se acabó cuando el Comité Olímpico Español eligió a Madrid para competir por los Juegos de 2012. Tras aquellos intentos, ni en Madrid, ni en Sevilla. Decían que era imposible, tan cerca de Barcelona 92. Como ahora resulta que aquello sucedió en Cataluña, cuyo gobierno autonómico quiere ser independiente, puede que tengamos más posibilidades.

La principal herencia olímpica de Sevilla es el estadio de la Cartuja. Allí, además de infinidad de conciertos y eventos, se disputó el Mundial de Atletismo de 1999, final de la Copa Davis de tenis en 2004 y 2011, final de la Copa del Rey de 1999 y 2001, final de la Copa de la UEFA de 2003, partidos internacionales de España… Recordemos también la beatificación de Madre Purísima en 2010, a la que acudió hasta la mismísima Macarena, que por el contrario no ha visitado otros estadios. Pues, a pesar de todo, la gente sigue diciendo que el estadio no ha servido para nada. ¿Y saben por qué? Porque no es el estadio del Sevilla, ni del Betis, que sólo han jugado allí cuando no les quedaba otra.

Por el contrario, se ha considerado un éxito la inauguración del estadio Wanda Metropolitano de Madrid, nueva sede del Atlético. En Madrid todo es un éxito desde antes de empezar, igual que en Sevilla es un fracaso mientras no se demuestre lo contrario. En una entrevista de Francisco José Ortega, publicada en Diario de Sevilla, los arquitectos Antonio Cruz y Antonio Ortiz afirmaban que el estadio de La Cartuja modificado podría ser un gran recinto para el fútbol. Podría ser, sí; pero no será. Se sabe lo que ocurrió con los intentos para trasladar a los dos clubes de la ciudad, o uno al menos. Ambos han reformado y mejorado sus respectivos estadios de Nervión y Heliópolis, por si acaso quedaban dudas. Están más protegidos que los chalés regionalistas de Aníbal González.

En Madrid, al menos, aprovecharon para invertir miles de millones en infraestructuras. Pero no pierdan las esperanzas: cuando se liquidó la candidatura, se dijo que Sevilla no lo volvería a intentar… hasta los Juegos de 2028. ¿Se les ha olvidado?

José Joaquín León