POR culpa de Puigdemont y su DUI, por culpa del viernes negro que padecimos, ha quedado como más encubierto y minimizado el último pleno municipal. Sin embargo, algunas de las cuestiones tratadas son más interesantes para la ciudad que el recuento de votos de Carme Forcadell, con su carita de funeral. Entre lo aprobado en el Ayuntamiento, destaca la iniciativa de la Marea Blanca para pedir a la Junta de Andalucía la reapertura del Hospital Militar. Contó con los votos del PP, Ciudadanos, Participa Sevilla e IU, y con la abstención inexplicable del PSOE.

El Hospital Militar Vigil de Quiñones está cerrado desde 2002, cuando dejó de ser un hospital militar, por supuesto. Después, la Junta, que es la propietaria, en los tiempos de María Jesús Montero como consejera de Salud, anunció unas obras de rehabilitación, que incluso empezaron. Aunque están paradas desde 2011. Es un caso que recuerda demasiado a la Comisaría de la Gavidia. Quedó abandonado. La diferencia es que no convertirán el hospital en centro cultural, ni en gimnasio.

Otra propuesta, de lo más interesante, fue presentada por Susana Serrano, de Participa Sevilla, para que instalen una red de aseos públicos. Según la propuesta, en Sevilla se vive mucho en la calle, por lo que “debe contar con baños públicos”. Otra vez el eterno conflicto entre lo público y lo privado; entre hacerlo ahí, o en la tercera planta de El Corte Inglés. Aún se recuerdan los aseos públicos que perdimos. En Bruselas, ciudad que tanto agrada a Puigdemont, es popular el Manneken Pis, el niño meón. Por el contrario, al niño cagón, con perdón, se le llama caganer.

Asimismo se aprobó por unanimidad (esto es increíble) una moción del PP para paliar los ruidos nocturnos y las consecuencias del botellón y la botellona. Un asunto poco novedoso, pero que ahí sigue. En realidad, se aprobó que el Ayuntamiento cumpla lo aprobado. A propuesta de Jaime Ruiz se va a constituir una Mesa del Ocio (una mesa más, después critican los veladores) y van a redactar una Carta Ciudadana (vuelve el género epistolar). Será difícil arreglarlo, pero hay buena voluntad.

La izquierda y la derecha, todo el mundo en general, rivalizan por complacer a los ciudadanos y las ciudadanas. Estas propuestas reflejan lo que pide la gente. Sin embargo, parece que lo único importante es la DUI, que algunas y algunos confunden como si fuera un DIU. No es lo mismo.

José Joaquín León