UNAS elecciones en la Macarena son algo más que unas elecciones. Son más importantes, en lo cuantitativo, que las elecciones municipales en bastantes poblaciones de la provincia, ya que el censo macareno incluye a más de 10.000 hermanos. Sin embargo, su importancia es ante todo cualitativa. A la convocatoria de mañana concurren dos candidaturas, lo que aumenta la expectación. Más aún porque están encabezadas por dos personas que pertenecen a la Junta de Gobierno saliente: Santiago Álvarez Ortega, teniente de hermano mayor, y José Antonio Fernández Cabrero, consiliario tercero.

Se dan todos los ingredientes para el morboseo capillita. Aparte de ser la Macarena, aparte de las dos candidaturas, son como fratricidas, ya que no hay gobierno y oposición, sino que ambos aspirantes han participado en la Junta de Manolo García. Tan bueno ha sido Manolo como hermano mayor que no le ha salido un delfín, sino dos. Para que no falte de nada, ambas candidaturas incluyen a personas muy conocidas, no sólo en los ambientes cofrades, sino en la ciudad. Con lo cual también se rumorea que éste o el otro va para el futuro, y si le saldrá bien o no. Yo, por supuesto, no me voy a pronunciar, ni a decir “Vota a Santi” o “Vota a Cabrero”, porque no soy hermano, y tengo amigos en las dos candidaturas, aunque unos son más amigos que otros, también es verdad.

Estas elecciones afectarán al futuro de la Semana Santa de Sevilla. Si hasta ahora no se ha actuado en la regulación de la Madrugada es porque nada se podía acordar, con un proceso electoral abierto en la Macarena. Para la reforma han sonado las propuestas más diversas y pintorescas: retrasar los horarios, romper la concordia con el Gran Poder, situar a la Macarena detrás del Calvario para que pasen primero las tres de negro y por último las tres de capa, recorrer la carrera oficial al revés como el Martes Santo, recorrer la carrera oficial al derecho pero con modificaciones... Sin olvidar el ambiente, con altavoces para dar órdenes, eliminar sillas, colocar más macetones y más vallas, o lo que sea.

A partir del lunes, cuando la Macarena tenga nuevo hermano mayor, se volverá a hablar de la Madrugada y de la tumba de Queipo de Llano. Es lo que tiene ser hermano mayor en la Hermandad de la Madre de Dios y su Hijo Sentenciado. Por eso hay tanto interés en que Dios reparta suerte y los hermanos voten con buena mano.

José Joaquín León