ESTAMOS disfrutando el verano menos caluroso de los últimos años. A pesar de todo, en verano no hace frío polar, eso es verdad. Por ello, el grupo municipal de Participa Sevilla (sección local de Podemos) ha propuesto varias medidas contra el calor. A este paso, Juan Espadas va a cantar también lo de “pobre de mí, pobre de mí”, como si estuviera en San Fermín. Como no saben por dónde atacarle, le han acusado de arboricida (que sería como un genocida de lo vegetal) y ahora parece que tiene la culpa de que en Sevilla hace calor en verano. Por ello, los de Participa están dispuestos a aliviarlo con diversas medidas. Entre ellas, Susana Serrano aboga por el baño en las fuentes públicas.

HA llegado el 18 de julio, precisamente, y arrecian las visiones de los fantasmas del pasado. Tranquilos, que son otros tiempos. Aunque a veces no lo parecen, sobre todo por parte de los que siguen mirando atrás, en vez de ir hacia delante. La polémica sobre el enterramiento de Queipo de Llano se ha reactivado, tras proclamar Pedro Sánchez su intención de trasladar los restos mortales de Franco. Cuidado con los mimetismos y las confusiones. La basílica de la Macarena no es el Valle de los Caídos. La basílica se construyó en la posguerra (después de que incendiaran San Gil, por cierto, donde se veneraba antes la Esperanza). Recordar lo que pasó en aquellos años, en el lugar denominado Sevilla la roja, no le haría bien a nadie, ni tiene ya sentido. Por lo que este asunto se ha debido tratar con más sensibilidad y con menos revanchismo demagógico.

HEMOS llegado a la segunda quincena de julio con un atasco previsible, según lo ha calificado Juan Carlos Cabrera, concejal de Movilidad (y de otros asuntos). Esto es como una cruz que le ha tocado cargar, sin que sea en la madrugada, sino a plena luz del día. Las obras del puente de las Delicias durarán hasta el 2 de septiembre. Es decir, que han elegido la segunda quincena de julio y el mes de agosto para los atascos, al considerar que la gente se despistará en las playas. Pero eso sucedía antes de la Torre Pelli, cuando la burbuja inmobiliaria. Ahora, después de Rajoy, hay muchos que van y vuelven en el día, y así contribuyen a los atascos. Y otros que ni siquiera pisan las playas (aprovechando este verano atípico sin 43 grados a la sombra), sino que se van directamente a los atascos de seis kilómetros en la SE-30, donde se echa la mañana, con el fresquito del aire acondicionado y la radio clásica.

SON curiosas las vueltas que da la vida. Hoy puedes estar aquí, mañana allí y pasado nunca se sabe. En las vísperas del debate de la ciudad, el nuevo delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, visitó al alcalde, Juan Espadas, en el Ayuntamiento. Acudía Celis como si fuera un embajador de Pedro Sánchez, o algo así. Espadas lo recibió y le pidió que le organice una reunión con el ministro Ábalos para el Metro. Todo era como una película cómica. Porque, en realidad, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis tiene una experiencia municipal importante, sabe casi lo mismo (o más) que Espadas. Celis fue el hombre fuerte de Monteseirín durante siete años. En otras circunstancias, hubiera sido el sucesor natural para la Alcaldía.

CUANDO alguien denuncia a un cargo público suele haber más ruido que cuando se archiva. Y no se valoran las consecuencias. Lo digo por el revuelo mediático que se montó cuando en la Pascua florida celebraron en Coripe la fiesta de la Quema del Judas, que en esta ocasión fue un muñecajo de Ana Julia Quezada, la asesina confesa del niño Gabriel Cruz. Un grupo contra la intolerancia denunció a Antonio Pérez, alcalde socialista de esa población, por lo que se presentó como un linchamiento, incluso racista o xenófobo. Sin embargo, la Fiscalía de Sevilla ha archivado el caso, al considerar que se trata de una fiesta popular, en la que todos los años se quema un muñeco que representa a alguien, y que no había nada punible en este asunto.