SIENDO feos (que lo son con ganas), el Queco y la Queca no son de lo peor que se ha visto en las calles de Cádiz en los últimos 50 años. No seré yo quien los defienda, pero se debe admitir que tenemos engendros peores. Y que, en realidad, forman parte de una plaga, que empezó antes del PP, en los tiempos de José León de Carranza, concretamente. Cádiz es una ciudad entre barroca, neoclásica y romántica. Es una ciudad que ha servido de inspiración estética a una América colonial. Pero es muy difícil encontrar algo bonito desde la Puerta de Tierra para fuera, en los Extramuros, aquella zona beduina con sus chalés que se cargaron uno tras otro, mientras levantaban edificios de dudosa arquitectura. Para el patrimonio, fue peor que la explosión del 47 lo que vino después.

NO es tan fino como el Cádiz parisino. El Cádiz veneciano tiene premio, porque lo consiguió en el Carnaval con ‘A Venecia del tirón’, en los buenos tiempos del coro de La Viña, cuando Antonio Burgos y Antonio Martín eran sus autores. Pero, con el paso de los años, este Cádiz veneciano ha degenerado. Actualmente, es una porquería. La culpa no es totalmente del Ayuntamiento de Kichi, viene de antes (ya pasó en septiembre de 2009, cuando aún gobernaba Teo), pero a la actual Corporación se le ha inundado dos veces medio Cádiz en menos de un mes. Y no se puede echar las culpas a que ha llovido mucho, como dice el concejal Álvaro de la Fuente, sino que nuestra red de alcantarillado es manifiestamente mejorable.

TENGO una duda: ¿los trabajadores del Astillero de Puerto Real estarán en el Centro de Fabricación Avanzada? Si leen lo del Astillero 4.0 (y Alberto de portero), que es un nombre precioso para una chirigota, se te ponen los vellitos de punta. Viendo que nuestro Astillero 4.0, que figurará en la vanguardia de la I+D+i, con la investigación más avanzada de la Navantia competitiva, tiene 12 tecnologías, que van todas por el mismo camino: la realidad virtual, los vehículos autónomos, la robótica, la plataforma digital, la nube, la ciberseguridad, la inteligencia artificial, la simulación, y demás. Por el contrario, no hablan de las disciplinas tradicionales del obrero, como soldar y otras así.

ES muy serio, pero han convertido la independencia de Cataluña en un motivo de cachondeo. Hoy se cumplen siete días. El viernes pasado, cuando escuchaba en la radio las retransmisiones desde el Senado y el Parlament de Cataluña, pensé que nuestro paisano Antonio Hernández-Rodicio, director de la cadena SER, podría haber organizado un Carrusel Político y encomendarle la retransmisión a nuestro paisano El Yuyu, con sus personajes. Hubieran triunfado. Esta parodia de Cataluña es de risa y ya hay que colocarla directamente entre los temas carnavalescos. La retransmisión de aquel histórico e histérico viernes negro pudo ser tal que así:

ES curioso que el Terremoto de Lisboa de 1755 se reconvirtió aquí en el Maremoto de Cádiz. El seísmo afectó a todo el suroeste de la península ibérica, tanto en Portugal como en España. Aunque las principales consecuencias fueron padecidas en la capital portuguesa y sus proximidades, donde se registró el mayor número de víctimas (hasta 100.000, según algunas versiones). En Cádiz, la tradición situó un milagro que aún se sigue conmemorando felizmente cuando han pasado 262 años. La calle de la Palma no se entendería sin ese milagro. La calle de la Palma siempre ha sido milagrosa. Hoy es una de las calles más famosas de Cádiz en el extranjero. Todo el mundo sabe dónde está: en invierno, por el Carnaval; en primavera, por la Semana Santa; en verano, por las caballas de sus bares; y en otoño, porque se festeja un milagro y sale una Virgen pequeñita muy querida.