APENAS una hora después de haber tomado posesión Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, sin Biblia ni Crucifijo, me lo dijo un socialista: “Una de sus primeras medidas de peso será echar a Franco del Valle de los Caídos”. ¿De peso? De peso sería que arreglara el sistema de pensiones hasta el año 2200, aunque eso también sería un milagro. Pero echar a Franco del Valle de los Caídos no soluciona ningún problema real de los pobres de este país. Pero, bueno, a lo que iba, mucha gente quiere saber si en el mismo pack de Pedro Sánchez echando a Franco del Valle de los Caídos van incluidos Susana Díaz y Juan Espadas echando a Queipo de Llano de la basílica de la Macarena.

UNA de las suertes que tiene el PSOE es que cuando dicen algo se lo aplauden de inmediato, mientras que cuando lo plantea el PP no se le presta credibilidad. Se ha visto con la presunta supresión del peaje de la autopista AP-4 entre Sevilla y Cádiz. En la primera legislatura de Rajoy, la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, dijo que no se prorrogaría la concesión en 2019, y nadie la creyó porque quedaba muy lejos. Después Íñigo de la Serna dijo lo mismo, pero puso una carita de circunstancias que no revelaba entusiasmo, y tampoco le creían. Sin embargo, cuando lo ha dicho el nuevo ministro de Fomento socialista, José Luis Ábalos, se ha recibido con entusiasmo. A pesar de que el PSOE no pedía eso, sino el rescate ya, sin esperar.  A pesar de que Ábalos ha reconocido que no sabe cómo van a pagar el mantenimiento. Y sin que sea seguro que en diciembre de 2019 esté gobernando el PSOE, a pesar de que Pedro Sánchez quiere agotar la legislatura hasta 2020. Lo mismo decía Rajoy y ha salido trasquilado.

EN los próximos meses abrirán en Sevilla dos nuevos centros comerciales que llegan con grandes pretensiones: el de Torre Sevilla y el de Palmas Altas. En ambos habrá tiendas de Primark, y esa decisión confirma que vienen bien avalados, porque la marca irlandesa se lo ha pensado mucho en Sevilla, hasta el punto de que siendo Zoido alcalde se publicaron algunas falsas alarmas de ubicación. Pero no sólo Primark. También FNAC ha anunciado que abrirá su segunda tienda local en el nuevo centro comercial de Torre Sevilla, donde también estarán presentes otras marcas más abundantes en la ciudad, como las de Mango o Springfield. Por su parte, el de Palmas Altas ha sido promocionado con la inequívoca aspiración de ser el mayor centro comercial de la ciudad.

NO se concibe una fiesta en Sevilla que no tenga un Pregón. Me hacen mucha gracia algunos que van de progres y culpan a la Semana Santa y la Feria de todos los atrasos económicos y la falta de empresas en Sevilla (como si no tuvieran sus industrias propias), y después van ellos y hacen lo mismo. Acusan a los capillitas de carcas, rancios, meapilas y no sé qué más. Se ríen de los pregones y de los pregoneros, hasta el punto de que algunos y algunas alardean de no querer serlo, y esas croquetas que se ahorran. Pero después ellos hacen lo mismo: otros pregones, si bien con diferente estilo, porque no son discípulos de don Antonio Rodríguez-Buzón. Ni tampoco les apetece decir eso de “la voz rota del pregonero”, ni rimar cabrilla con Sevilla, como Luismi en el Pregón del Caracol.

ALGUNOS politólogos (profesión que me encanta) decían que la moción de censura no iba contra Mariano Rajoy, que ya era un muerto político anunciado, sino contra Albert Rivera, que se ha quedado descompuesto y sin elecciones. Por otra parte, ha servido para que el socio preferente del PSOE en la oposición no sea Ciudadanos, como le gusta a Susana Díaz (y a Juan Espadas), sino Podemos (como le gusta a Pedro Sánchez). De modo que se puede afirmar, sin exagerar, que también ha sido una moción de censura interna del PSOE contra Susana Díaz, que fue la rival de Sánchez para dirigir el partido. Y, de rebote, contra el PSOE susanista de Andalucía y de Sevilla, que  están controlados por ella. Y, por si había dudas, ayer fue nombrado el embajador en tierras hostiles.