UN calendario de locos genera partidos alocados. Si alguien sólo hubiera visto el primer cuarto de este partido, pensaría que el 1-2 es un resultado normal. El Cádiz había salido muy bien y fue superior hasta el minuto 20. Pero después se le complicó. Empezó a retroceder y llegaron los apuros. En la segunda parte, el juego se fue abriendo, y cuando peor se había puesto, con la expulsión de Perea, llegaron el gol de la victoria y dos oportunidades para el Numancia en las que se mascaba el empate. Con eso se entiende que pudo pasar de todo, en ese jugar a la ruleta, a ver dónde cae la bola. Sonrió la suerte de los campeones.

En la alineación inicial hubo novedades. Mantuvo Álvaro Cervera a David Gil en la portería, y dio entrada a Espino como lateral zurdo, mientras le concedía una oportunidad a Bodiger y Pombo, con los que ha contado poco. Pronto se vio que el Cádiz salía con ganas de vencer. Y no se agazapó a verlas venir.

En 20 minutos a contra estilo, ejerciendo el mando, con un primer disparo de Pombo como aviso, el Cádiz se estaba comiendo al Numancia. Se adelantó con un tremendo chutazo de José Mari, que se coló como un obús, pero el gran mérito de esa jugada se le debe adjudicar a Nano Mesa, que se coló, dribló, levantó la cabeza y se la puso en el pie al ayer capitán .

Con el 0-1, al Cádiz se le escapó vivo el Numancia, que estaba contra las cuerdas. Pudieron decidir el partido y no supieron, o se acomodaron a lo de siempre: verlas venir atrás. El portero David Gil salvó dos goles, aunque en uno la jugada estaba invalidada. También paró un penalti cometido por Cala, pero se adelantó y se le notó, y fue batido por Curro al segundo intento. El portero sostenía a su equipo. Tuvo la mala suerte de lesionarse y no es la primera vez que le pasa, cuando se estaba ganando la titularidad. Después Alberto Cifuentes demostró que le viene bien la competencia.

En la segunda parte empezó el carrusel de los cambios. Por la lesión del portero, Cervera “sólo” pudo poner a cuatro jugadores de campo: Lozano, Perea, Jurado e Iván Alejo, que entró para los últimos minutos. Cambios para dosificar y buscar calidad, que apenas tuvieron eco en un disparo de Perea que dio en el palo. Este mismo jugador cometió la jugada tonta, ganándose una tarjeta roja directa en el minuto 87. Con detalles así se estropean los partidos.

Sin embargo, al Cádiz le sonrió la suerte en la ruleta de los campeones. Primero con el gol de Juan Cala en el minuto 89, al rematar una falta. Atención a Cala, el único central titular que le queda al entrenador, que ha jugado los 200 minutos de los dos partidos completos, igual que Iza y Rhyner. Las bajas atrás son de muy alto riesgo. Se notan en jugadas puntuales, como las de la prolongación, en la que un Cádiz apocado y con uno menos permitió demasiado peligro al Numancia. El empate no llegó por un paradón de Alberto Cifuentes y por un remate de Sola que tocó palo.

Han pasado dos jornadas y el Cádiz es líder. Pero la locura sigue: el domingo contra el Alcorcón en Carranza y el miércoles en Huesca. En esos dos partidos hay buena parte del ascenso en juego.

José Joaquín León