LA catástrofe de la Comunidad Valenciana ha sido gestionada en los primeros días como si estuviéramos en el Tercer Mundo. Las administraciones están pidiendo unidad, y por supuesto es el momento de buscar soluciones y ayudar. Sin embargo, no se puede ocultar que han fallado estrepitosamente. Si se mira hacia otro lado, la próxima vez ocurrirá lo mismo, o parecido. Hay que corregir muchos errores graves. Esta catástrofe, con tantas víctimas, ha sido más propia de Eritrea o Somalia que de un país europeo. Para que suceda una desgracia de tal magnitud, en la provincia de Valencia, deben encadenarse varios errores graves que han aumentado el número de víctimas.
SUMAR se ha convertido en Restar. El proyecto liderado por Yolanda Díaz va camino del cementerio. Y no sólo por el liderazgo devaluado de Yolanda, que ha demostrado con creces que era un bluf. Esta semana el CIS de Tezanos los ha dejado en ridículo. Y, para colmo, ha estallado el caso del presunto acoso sexual de Íñigo Errejón. El episodio con la actriz que le ha denunciado ocurrió hace tres años, y sorprende que haya permanecido tapado tanto tiempo, y que ahora aparezcan víctimas hasta debajo de las piedras. Casualmente, salió a la luz el día después de que Errejón pactó con el PP para dos votaciones en el Congreso de los Diputados.
COMO es domingo, día de precepto, voy a comenzar con una cita evangélica de Juan, 8: 7-11: “Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: “Aquel de ustedes que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo”. Esta frase lapidaria me vino a la cabeza tras el debate sobre la corrupción política en el que se enzarzaron Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. Todos los partidos que han gobernado (especialmente el PSOE y el PP, que han permanecido más tiempo) han tenido casos de corrupción en sus filas. No se puede achacar culpas ajenas del pasado a los políticos del presente, pero ningún partido puede alardear de inmaculado.
CUANDO llega la fiesta de la Virgen del Pilar (no olviden ese detalle), se celebra también el día de la Hispanidad. Entonces reaparece un enfrentamiento que se apaga durante el resto del año. Por un lado, los defensores del mundo indigenista, como si hubiera sido la cumbre de la civilización universal, a pesar de que está probado lo contrario. Y, por otro, los que pintan el descubrimiento de América y su posterior conquista como si hubiera sido un reparto de caramelos a los indios, bendecido por fray Bartolomé de las Casas. Para colmo, aparece una señora presidenta de México, llamada Claudia Sheinbaum, cuya familia es de origen judío de Lituania y de sefardíes búlgaros, dando lecciones al Rey de España como si ella fuera la nueva princesa del imperio azteca. Al final, todo es política, pero mala.
POR fin se han dado cuenta de que la vivienda es uno de los principales problemas que tenemos en este país. No se puede poner el foco sólo en los alquileres. ¿Y qué pasa con la propiedad? Las administraciones públicas no construyen pisos de protección oficial al ritmo de otros tiempos. Ni funcionan como antes las cooperativas de gremios o ciudadanos que se unían. Hace falta construir más, y también reconstruir lo que se hizo mal. Sin olvidar que el aunge de la vivienda en España vino marcado por otra mentalidad. Los pisos de nuestros padres fueron pagados con sacrificios: pluriempleo, chapuzas, amas de casa que cosían, sin vacaciones para la familia, y nada de viajar al extranjero excepto para emigrar…