LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos y malos, y donde volvió a demostrar que sólo puede suplir a base de coraje la falta de nivel futbolístico. Pero se puso con ventaja y no pasaban excesivos apuros tras el empate del Sevilla. Hasta la jugada fatídica del 1-2. Tras un error del árbitro Medié, que no pitó una falta previa bastante clara al Choco Lozano, en plena desubicación de los centrales Cala y Mauro, que dejaron a Munir solo para que resolviera el partido. En otro error de la defensa, ya con el equipo desmoralizado, Rakitic agrandó el resultado para el Sevilla.

Volvía Álvaro Cervera al banquillo y así pudo ver de cerca lo que ocurrió en los últimos minutos. No se debería repetir. Confirma la falta de calidad y el alto precio que el Cádiz paga por sus errores defensivos. En la alineación empezó el equipo que ganó en Huesca. Al esfuerzo de los amarillos se unía al desgaste del Sevilla, que se limitaba a tocar el balón.

El Cádiz no renunciaba a sus principios. Presionar y aprovechar algo en las contras o en el balón parado. José Mari casi sorprende a Bono nada más empezar. En la primera parte las jugadas del Cádiz con criterio partían de Álex y Pombo. Arriba Negredo se desgastaba y Salvi no encontraba opciones. Los laterales fueron el principal argumento del Sevilla, sobre todo por la banda de Navas, una pesadilla para el Cádiz cada vez que subía. Le anularon un gol a Ocampo y En-Nesyri seguía acusando la amargura de la ocasión que les costó la Supercopa.

El Cádiz flojeaba atrás en cuanto apretaba el Sevilla. Pero al comenzar la segunda parte llegó la mejor jugada, con la internada de Pombo, que levantó la cabeza para poner el balón a Negredo, que se lo cedió a Salvi para que rematara con acrobacia a la red. Gol de oro, en el que participaron los tres delanteros. Y pudo llegar otro de Negredo, que le sacó Bono.

Con ventaja, y frente a un Sevilla cansado, creo que Álvaro Cervera tardó demasiado en los cambios. No fueron capaces de tapar a Jesús Navas que era el dueño de su banda. Retrató a Espino, antes de centrar a la cabeza de De Jong en la jugada del empate. Lopetegui, con sus primeros cambios (De Jong, Munir y Jordán), había puesto más madera arriba y se notó. En los cinco cambios del Cádiz entraron Augusto, Lozano, Malbasic, Bodiger y Fali. Estos dos últimos para relevar a Salvi y Pombo, con varios ajustes que dejaron a Fali como pivote.

Cuando el Cádiz tenía un equipo de lo más defensivo, prácticamente todos para contener, menos Lozano y Malbasic arriba, llegó la jugada fatídica del minuto 90. Con la falta al Choco que no pitó el árbitro Medié, el pase de Jordán al hueco, el error flagrante de Cala, la desubicación de Mauro, y con Munir que se quedó solo ante Cifuentes para marcar a placer. El tercero, en otra jugada parecida, esta vez mal medida por Espino.

Con 10 minutos menos hubieran quedado mejores sensaciones, pero lo estropearon al final ante un Sevilla que llegaba agotado de la Supercopa. El Cádiz sigue a la espera de refuerzos.

José Joaquín León