ES una vergüenza para Europa lo que ha pasado con el barco Aquarius, que se quedó en alta mar con 629 criaturas porque no lo querían recibir en Italia ni en Malta. Ahí apareció Pedro Sánchez, que ofreció el puerto de Valencia para que entren. Es reconfortante su gesto solidario. Aunque en Italia hablan de “victoria”, como si le hubieran marcado un gol a España. Y puede que sí. Por ser buenos, podemos acabar siendo los que paguen la película de las mafias de la inmigración, que trafican entre Libia e Italia, y pueden desviar las rutas a España para unirse así a las otras mafias que trabajan desde Marruecos. Migrantes como los que han desviado a Valencia llegan a las costas de Cádiz todos los días. Ya ni siquiera es noticia.

Europa necesita una política de inmigración que sea asumida por todos los países. En Italia ha entrado un nuevo gobierno, formado por los fachas de la Liga Norte (allí se puede hablar de fachas, es el país de Mussolini) y el Movimiento 5 estrellas (un grupo populista de izquierda, creado por un cómico, Beppe Grillo, al que se comparó con Podemos). Una alianza contra natura, que promete días de gloria durante el tiempo que dure, que será poco, como todo lo político en Italia. El líder de la Liga, Matteo Salvini, es un carcamal xenófobo, pero han conseguido que muchos italianos apoyen sus ideas. Es lo que tiene el populismo, y es lo que tiene haberse cargado a Gadafi en Libia para crear un Estado fallido, que fue saludado como la primavera democrática del Norte de África y se quedó en un desastre. De ese país huyen a miles hacia Italia.

En las costas de Cádiz pasa lo mismo, pero existe una tolerancia mayor, y también es cierto que el flujo de los que salen de Marruecos es menor. Depende de las contraprestaciones. Se dijo que el SIVE, que vigila el Estrecho de Gibraltar, establecería un filtro casi impermeable para las pateras. Sin embargo, el pasado año  llegaron a las costas de Cádiz 5.954 migrantes en 376 pateras, lo que supone el 33,8% de los que se contabilizaron en Andalucía. Es la provincia con más migración, aunque Almería ya queda cerca como ruta alternativa. Es una tragedia humanitaria ante la que no podemos permanecer insensibles. En los últimos 20 años han muerto más de 6.000 personas en el Estrecho, en el mar de nuestra provincia.

Los inmigrantes africanos no vienen a España ni a Italia, sino a Europa. La mayoría se van a los países más prósperos, si es que llegan. Por consiguiente, es problema de todos. En Cádiz también es un problema, aunque la costumbre nos lleva a olvidarlo.

José Joaquín León