SE viene hablando desde tiempo inmemorial de la integración del Puerto de Cádiz en la ciudad. O puede que sea al revés, nos entra la duda. Con tal fin, como el presidente de la Autoridad Portuaria, José Luis Blanco, se lo ha tomado en serio, se organizó un evento y expusieron los proyectos. Sobre ese asunto, estamos a verlas venir. Viendo las reacciones, parece que van a construir allí las Mil Viviendas portuarias. Sin embargo, es curioso que apenas se habla de otra integración: la de San Severiano en la ciudad. Esa zona tiene mala suerte desde la Explosión de 1947. Cualquiera que pase por allí, y no esté al tanto de la peculiar idiosincrasia gaditana, pensará que los efectos de aquella catástrofe todavía no se han remediado.

Ciertamente quienes no conozcan la historia del solar de la Ciudad de la Justicia y el solar del Pabellón Portillo podrían pensar que están así desde los tiempos de la Explosión. O que hubo una Segunda Explosión. Son solares algo posteriores, pero si permanecen en semejante estado durante algún siglo más, las generaciones futuras se confundirán. En una ciudad donde todo el mundo dice que no hay sitio para nada es insólito que existan espacios inutilizados, como estos y otros más. Y aun peor que se asuma con resignación e indiferencia.

Aparte de escribir cartas, y explicar las diferencias entre un pisito y un chalé, hace falta que el alcalde González tenga algún proyecto de ciudad. Mejor o peor, digo alguno. Por su parte, a Martín Vila todo el urbanismo se le va en la peatonalización y en los carriles para bicicletas, que me parece muy bien, pero no consiste sólo en eso.

El caso de la Ciudad de la Justicia es lamentable. Se ha abandonado el proyecto por comodidad, y se ha olvidado que debía servir para dinamizar el barrio de San Severiano, con una sede judicial completa. El caso del Pabellón Portillo también es lamentable. Fue (y debería seguir siendo) el gran centro multiusos polideportivo de Cádiz. Es muy necesario para fomentar los deportes con la dignidad que merece la ciudad. Pero, además de que está paralizado, han intentado minimizar y degradar el proyecto. Puede que al final sea un pabellón de barrio, que no es lo mismo que un palacio de los deportes, o un gran centro multiusos.

San Severiano es un barrio maltratado, al que algunos consideran zona de ricos, allá ellos. En esos espacios públicos inútiles existe un terreno necesario para integrar San Severiano en la ciudad y dotar a Cádiz de unos equipamientos imprescindibles para que sea una capital digna de serlo.

José Joaquín León