EL Vía Crucis Jubilar Diocesano con 16 pasos, que llenó las calles de Cádiz con miles de personas, ha sido un éxito para la Diócesis (y para sus organizadores). Han celebrado el 750 aniversario con un acto de relevancia popular, que ha tenido amplia concurrencia de la Andalucía cofrade. Ha sido también un éxito para el obispo, Rafael Zornoza Boy, que participó en todas las estaciones y permaneció en la plaza de la Catedral durante las casi cuatro horas que duró el acto. Ha asumido la importancia que merecen las hermandades y cofradías en su Diócesis, a pesar de que venía de Getafe, donde los movimientos católicos no son tan coincidentes. Hubo otras triunfadoras: las calles del Cádiz histórico, que son estupendas para ver pasos en una noche de julio con brisa suave.

El último paso que entró fue el de la Vera Cruz de Puerto Real en San Francisco, alrededor de las cuatro de la madrugada. A destacar el esfuerzo de cofrades de otros municipios: los dos grandes pasos del Huerto y Afligidos de San Fernando, el citado de Vera Cruz de Puerto Real, los del Amor y el Perdón de Chiclana, el Nazareno de Medina, el Santo Entierro de Conil y los del Campo de Gibraltar, con tres imágenes de devoción en Algeciras, San Roque y La Línea, que vinieron acompañadas. Salieron siete pasos con cargadores a la gaditana (incluido el de Conil), seis con costaleros más o menos a la sevillana, dos con cargadores a la isleña y uno parecido a la malagueña.

El éxito no se debe empañar, pero también hubo fallos que se pudieron evitar. Por ejemplo, los cinco primeros pasos seguían juntos hasta la calle Novena (y cuatro continuaban por Ancha). Por ejemplo, no debieron entrar las bandas en la esquina de Arquitecto Acero, porque algunas iban con más de 100 músicos que se sumaban al cortejo, y además tocaban en Candelaria. Consecuencia: a partir de la segunda banda se montó un tapón (previsible) que paralizó todo. En la Catedral sufrimos casi una hora de retraso, tardó alrededor de cuatro horas completo. En el resto del recorrido oficial algunos parones resultaron tediosos.

Quedan para el recuerdo escenas imborrables. Los pasos de Cádiz, con callejeros insólitos y bellísimos de Buena Muerte y Humildad y Paciencia. Columna reviviendo un gran Martes Santo en julio. O una noche de cornetas del Prendimiento en el Mentidero. Entre la Pasión, estuvo señorial y elegantísimo el paso de palio de Dolores con la banda de Maestro Dueñas. Algunos descubrieron que la Semana Santa también existe en Cádiz… y en su Diócesis.

José Joaquín León