HOY es 16 de julio y las puertas de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y Santa Teresa se abrirán para que la Virgen vuelva a salir a las calles de Cádiz. Ella es la Reina del Mentidero y la Estrella de los Mares, y Ella es también la causa de que ese templo siga abierto. En contra de lo que piensan muchos gaditanos, la iglesia del Carmen no se ha cerrado. Lo saben los hijos de esa Madre, que acuden los sábados a verla en los cultos semanales de la Sabatina. Lo saben los pocos matrimonios que han conseguido casarse en el templo, a sus pies, en los últimos meses. Lo saben quienes todavía acuden los domingos para asistir a la misa. Lo saben todos los que quieren que ese templo siga abierto, como su corazón se abre para amar a la Virgen del Carmen, en una devoción que se heredó de generación en generación.

La confusión ha venido porque la crisis de vocaciones de los carmelitas descalzos les llevó a cerrar su convento de Cádiz. La Archicofradía del Carmen y la Orden Seglar están haciendo un esfuerzo para que la iglesia siga abierta, administrada desde el convento que los carmelitas mantienen en San Fernando. En los últimos meses, fray Alejandro Soriano, como rector del templo y director espiritual, ha mantenido la asistencia religiosa. Aunque más reducida y con dificultades que padecen los feligreses.

También han llevado a la confusión las controversias que surgieron entre la Orden de los Carmelitas Descalzos y el Obispado de Cádiz, por la extinción de los servicios de la parroquia y otras cuestiones burocráticas. Incertidumbre, con sus más y sus menos, como ha ocurrido con el traslado a otras ciudades de obras de arte de los carmelitas que se encontraban en el interior del convento (y alguna en el templo).

Más allá de las dificultades, está lo principal, que es el amor a la Virgen del Carmen. Esa es la verdadera llave, el ancla para aferrarse en tiempos de tribulación (cuando no se debe hacer mudanza) para que las puertas del Carmen sigan abiertas. Un año más, se ha llenado la iglesia con la novena en el mes de julio. Pero hay 11 meses más a lo largo del año, en los que ese mismo amor, la devoción del verano, se debe mantener.

Hoy la Virgen vuelve a salir a las calles. Aparecerá por la Alameda, con el rumor de las olas que canta su himno. Regresará, ya de noche, a las calles de su barrio del Mentidero, para reencontrarse con sus hijos, con tantos recuerdos de otros 16 de julio. El corazón de Cádiz late a su lado. Las puertas del Carmen nunca se podrán cerrar mientras siga viva la llama de esa esperanza.

José Joaquín León