EL turismo cultural es imprescindible para Cádiz. En agosto también se nota. A la provincia acuden miles de turistas, en busca de sol y playas, también de ocio y espectáculos. Pero no basta con eso. A la ciudad de Cádiz (y a otras de la provincia con monumentos) acuden personas que están veraneando en Novo Sancti Petri, Atlanterra,Vistahermosa o Costa Ballena. Personas que buscan algo más. No sólo sol, bares y chiringuitos. Por eso, exposiciones interesantes y de nivel artístico, como la de Traslatio Sedis en la Catedral, colaboran para aumentar las visitas a la ciudad. Sin embargo, la oferta actual es flojita.

El turismo cultural se deja guiar por la cultura de masas, pero no es tonto. El Museo del Prado, de por sí, atrae miles de visitantes cada año a Madrid. Pero si organizan una exposición como la de El Bosco no es lo mismo que cuando no la hay. La Catedral de Cádiz no tiene la fama que merecería, entre otras cuestiones porque estuvo mal atendida durante décadas que fueron claves para la expansión del turismo. Por eso, le ha venido bien organizar esta muestra Traslatio Sedis, con motivo del 750 aniversario de la diócesis.

Esa exposición es como un oasis. Excepto que José Pedro Pérez Llorca consiga otra concesión de gira por provincias del Museo del Prado, aquí no van a organizar nada digno de mención. En 2012, cuando los actos del Bicentenario, hubo una oferta de exposiciones que marcó un camino a seguir en Cádiz. Sin embargo, en el Museo de la plaza Mina no terminan de arrancar. Y en la parte municipal, todavía peor. En Santa Catalina han venido con las rebajas, el ECCO lo tienen a pique de un repique tras demostrar un absoluto desinterés por el arte contemporáneo (impropio de supuestos progresistas). Y siempre nos quedará la Casa de Iberoamérica, para realojar a Vassallo y lo que el viento se llevó del Gobierno Militar, tras el regalo a la UCA.

No organizan exposiciones de primer nivel porque ni les preocupa ni les interesa. Cádiz se ha quedado al margen del Año de Murillo. La política cultural actual es la peor en Cádiz desde que murió Franco. Y desde que vivía también, porque al final estaba Fernando Quiñones con Alcances. Tampoco existe nadie como Fernando Quiñones, que hoy en día estaría mal visto. Aquí la cultura sólo consiste en promocionar el Carnaval donde sea, y esperar a que la Iglesia organice algo por su cuenta para distraer a la gente.

José Joaquín León