SE ha hecho “viral”, dicen algunos, como si eso marcara la diferencia entre el éxito y la vulgaridad. ¿Y qué? Las imágenes de la patera en La Barrosa tienen ante todo un valor icónico, se convierten en un símbolo: aquí tenemos una gran burla del sistema. Todo el montaje del control migratorio del SIVE en el Estrecho y las costas de Cádiz queda ridiculizado con episodios como este, vivido el domingo pasado en aguas de Chiclana. El presidente Sánchez y el ministro Grande-Marlaska se siguen luciendo. Sólo hubiera faltado que estuvieran ellos alojados en un hotel del Novo. Podrían haber saludado en los videos caseros que circulan.

Es un episodio triste, que aquí muchos se lo han tomado a cachondeo. Una lancha neumática (se supone que procedente de Marruecos) llega a la playa de La Barrosa, junto a Torre Bermeja, a una velocidad como si fuera el catamarán de Rota. Se nota que no viene naufragando, sino en un viaje bien organizado. Era la tarde del último domingo de agosto. Un día grande de sol y de calor en La Barrosa. Playa repleta de turistas, veraneantes, domingueros y chiclaneros. En esas condiciones, la lancha que llega con los migrantes no se contempla como una tragedia, sino como un espectáculo.

Así se deduce de los comentarios en los videos caseros. Del tipo: “¡Tía, van al Meliá Sancti Petri, al todo incluido!”. Otros más formales: “¡Quillo, llama a la Guardia Civil!”. El principio de autoridad, que no se pierda. Como si no hubieran reconvertido a los guardias civiles en socorristas de playa y en víctimas propiciatorias. Y sobre todo el contraste: los hoteles de cinco estrellas de esa costa, donde veranea Paula Echevarría, entre otras celebridades rosas. Y los muertos de hambre que huyen y se dispersan.

Y el alcalde de Chiclana, que es José María Román, uno de los que primero creyó en Pedro Sánchez. Y el propio Pedro Sánchez, que ha veraneado alguna que otra vez en Chiclana, como la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Es decir que nadie está exento de encontrarse una patera en su vida.

A veces las creencias que parecían sólidas se debilitan cuando tropiezan con la realidad imprevista. Pasa, por ejemplo, en Desgracia, una gran novela de J.M.Coetzee, escritor sudafricano que ganó el Nobel de Literatura en 2003. La realidad es como es. Todo depende. Este episodio del domingo en la playa de La Barrosa, con la patera fantasma, también forma parte de la realidad. Por mucho que lo ignoren o lo disimulen. Unos lo ven como algo triste, mientras otros se burlaban en las redes sociales.

José Joaquín León