EL espectáculo de Ricky Martin en el puerto de Cádiz puso el colofón al verano, le dio la extremaunción al mes de agosto (ya nada será igual), y demostró que no es lo mismo programar un cantante famoso que otro de medio pelo. Ricky Martin abarrotó todos los aparcamientos del casco antiguo de Cádiz en la noche del viernes. Lleno en Canalejas, en San Antonio, en el Campo del Sur, en el Tenis, en Valcárcel, en el Campo de las Balas y dos o tres plazas libres que quedaban en Santa Bárbara. Si hubiera existido el aparcamiento de la plaza de Sevilla, seguro que se llena. Ricky debería ser nombrado presidente de honor de Emasa. No se recuerda nada igual desde el domingo de Carnaval.

Con este llenazo, y con sus secuelas positivas para Emasa, se ha puesto de manifiesto que Cádiz está a un bajo nivel en infraestructuras básicas. Es decir, que necesita más aparcamientos para los eventos. Quizá no son necesarios para los domingos de noviembre, pero en temporada alta Cádiz se queda pequeño. Y en las circunstancias especiales se satura, con lo cual parece que es una ciudad no preparada para lo extraordinario, tan sólo para lo ordinario.

Ricky Martin se presentó en el puerto integrado con un buen surtido de vestuario. Incluía una bata dorada que le quedaría divina a nuestro alcalde para la final del Carnaval. Se sabe que en Cádiz gusta mucho un disfraz. Entre otros, apareció en el muelle vestido de marino. No era para la primera comunión, ni para ponerse al timón del Vaporcito de El Puerto. Forma parte del show. Y también nos da pistas: Cádiz, en verdad, es un territorio ideal para los shows.

El artista puertorriqueño estuvo arropado por sus fans, procedentes de diversos pueblos y ciudades. Algo que sólo sucede con los cantantes que tienen fans. Por eso, es preferible organizar un espectáculo como éste que tres conciertos de poca monta para despertar a los vecinos de Canalejas, o del 4 de diciembre. En este caso, Chambao venían a telonear, debido al nivel. En Cádiz es más común presentar gatos de colonias como si fueran liebres del espectáculo, por lo que incluir la gira de Ricky se saldó con el éxito que se esperaba. Incluidos los llenos en los aparcamientos de Emasa.

Para el próximo verano deben plantear espectáculos atractivos. Si bien es cierto que el próximo verano puede que gobiernen otros (¿o los mismos?), ya que las elecciones son en mayo. Con Ricky Martin terminó el verano. Antes se cerraba agosto con el Trofeo de los trofeos, pero ya no. Adiós, Ricky Martin. Adiós, verano. Adiós, Emasa.

José Joaquín León