VUELVO a plagiar a Mariano José de Larra. Si escribir en Madrid es llorar, escribir sobre las Aletas es para hartarse de llorar, pero no se sabe si de pena o de risa. Depende de las ganas de llorar que tenga cada cual. Este es el mayor de los tropiezos en la larga lista de tropiezos industriales que iban a solucionar el paro endémico en la Bahía de Cádiz. Ahora han presentado un nuevo plan, que se llama Lógica y se oponen los que siempre se han opuesto a todo lo que se haga allí, los ecologistas verdes y los de Podemos, que ahora gobiernan el Ayuntamiento de Puerto Real, con Antonio Romero de alcalde. Pero tampoco pasa nada porque se opongan, si así se distraen, ya que en los terrenos de las Aletas nunca se hará nada interesante.

Supongo que la historia la conocen todos, aunque es de esos temas a los que no se presta atención, a causa de su inutilidad. En las Aletas existió un conflicto básico de intereses. Por un lado, los empresarios y la Junta de Andalucía, que presentaron aquello como la solución milagrosa para la Bahía, como el bálsamo de Fierabrás que sanaría los males del paro, como el antídoto para el veneno que mató a Delphi, como todo aquello que se les ocurrió. Formaron un consorcio, o algo así. La consejera Josefina Cruz Villalón intentó lidiar aquel toro, apoyada desde la Junta, pero se lo devolvieron al corral. En el otro bando, los ecologistas y los animalistas se salieron con la suya. Porque en aquellos parajes entran en conflicto las máquinas y las aves. Ahí los robots siempre llevarían las de perder, y lo perdieron.

Se habló de unas Aletas industriales, de unas Aletas ecológicas… Ahora se habla de unas Aletas lógicas, como si hubieran perdido el eco por el camino. Esto lo van a solucionar los de siempre, Zona Franca, el Puerto de la Bahía y algunos más. El proyecto se recorta. Ya sólo se habla de 80 millones de euros. Cifra modesta, si se tienen en cuenta otras que barajaron. Según Podemos y afines, “este dinero se lo van a repartir entre ellos (los del PSOE que mandan), sin contar con la cantidad de parados que hay en la Bahía”. Pero, bueno, ¿desde cuándo los parados han trincado en esos repartos?

Los terrenos de Delphi vuelven a estar en el punto de mira. Los terrenos de Delphi son el símbolo de la frustración en la Bahía. Los terrenos de Delphi no los quiere ninguna empresa privada del mundo y sólo se pueden comprar con dinero público. Por eso, cuando se dice que esta es la provincia con más paro de España, hay que pararse ahí para analizar las causas. Con la historia de las Aletas se entiende perfectamente.

José Joaquín León