ALGUNOS ilusos se han creído que el peaje de la autopista entre Sevilla y Cádiz terminará en 2019. Puede que así sea, pero a cambio inventarán otro. Los anticapitalistas se creen muy listos, pero los capitalistas tampoco son tontos. Para que te compren algo hay que saber venderlo. Algunos son capaces de vender hasta humo. Y esto no sólo vale para los capitalistas, sino también para Pablo Iglesias. En el caso que nos ocupa van a vender el peaje inteligente. La idea es de Seopan, la patronal que preside Julián Núñez, en la que están integradas las grandes constructoras y concesionarias, entre ellas ACS, el grupo presidido por Florentino Pérez.

La idea es buena, porque quieren empezar por Madrid y Barcelona. Pronto se sumarán otras ciudades grandes, puede que también Cádiz. Por el contrario, para entrar en un pueblecito de las Hurdes no van a cobrar. Y, en principio, sería voluntario. Es decir, se puede elegir entre el peaje inteligente o el atasco tonto. Por ejemplo, en Carnaval y en agosto, podrían poner carriles de pago en los dos puentes y la Avenida. Si hay un carril gratis para bicis también puede haber un carril de peaje para ricos. Y no se quejen, que más cara les saldrá la subida del diésel.

Los de Seopan cuidan el pan de sus hijos. Si les van a quitar el peaje de la autopista entre Sevilla y Cádiz, así como otras concesiones que caducan, ¿qué debería hacer el buen capitalista? Pues sí, buscar otro negocio, y si es posible, para obtener más ganancias. Los de Seopan también proponen que cobren peajes no sólo en las autopistas de pago, como hasta ahora, sino en todas las autovías de España.

Recuerdan que hay 20 países de Europa que ya cobran y que los van a extender a todas las autovías. El truco es buenísimo, porque así podrían echar las culpas a Bruselas. Además, el Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se podría beneficiar con hasta 110.000 millones de euros en los próximos 25 años, si es que duran tanto tiempo. Con ese dinero (procedente de los ricos que viajan en coche, en vez de ir en bicicleta) se podría pagar el mantenimiento y construir más carreteras, incluso más autovías rentables. Y, además, con un poco de suerte, es probable que les sobre algo para la hucha de las pensiones.

Como ven, una idea es mala o buena según como la presenten. El peaje inteligente consiste en que los empresarios cobren, el Gobierno también y nosotros paguemos. Como Hacienda somos todos, al final gana todo el mundo. Incluso los que se han creído que no van a pagar más peajes.

José Joaquín León