PARA los ciudadanos y las ciudadanas de la ciudadanía, en general, lo más importante debería ser que los servicios funcionen lo mejor posible y al menor coste. Esto es, que sean buenos, bonitos y baratos. Conseguir las tres B, en la ciudad de las tres C. Si eso se logra gracias a la municipalización, yo me apunto a que se municipalice todo lo municipalizable. Si eso se consigue con una privatización, yo me apunto a que se privatice todo lo privatizable. Si eso se consigue a medias, pues vamos a ver. Y si unos dicen que municipalizando se ahorran 300.000 euros; y otros replican que municipalizando se gastarán 120.000 euros más, parece que los concejales no saben sumar, ni restar.

Por principios, se supone que los partidos de izquierda, tanto marxistas como descafeinados, son favorables a que todo sea público para fastidiar a los capitalistas. Mientras que los partidos centristas (pues en España nadie se considera de derechas, excepto los muy carcamales), tanto liberales como socialdemócratas de butacón, son favorables a que todo sea privado para quitarse ese lastre de encima. En Cádiz, tanto con el PSOE de Carlos Díaz, como con el PP de Teófila Martínez, han existido diversas empresas municipales, como Eléctrica de Cádiz, Aguas de Cádiz, Emasa, Procasa y otras semejantes de diversos sectores, incluido el audiovisual. Por el contrario, a diferencia de ciudades como Madrid o Sevilla (que cuentan con empresas de transportes públicos ruinosos y con empresas de limpieza que rozan lo insostenible), aquí es diferente. El transporte público siempre ha sido de la Compañía de Tranvías; esto es, Comes y derivados. Mientras la limpieza pública salía a concurso, y unas veces funcionaba, otras había huelgas, y ahora hay suciedad.

En el caso de las playas, lo más importante no es municipalizar, sino que los servicios funcionen. Ahora estamos en temporada baja, pero siempre se procuró un cierto mantenimiento en invierno. Por el contrario, si aprovechan algún día soleado para pasear por las playas gaditanas, comprobarán que su actual estado de guarrería es lamentable. Existen síntomas de abandono.

Comprendo que haya personas muy interesadas en ser funcionarios, por lo que supone para su seguridad laboral. También comprendo que todo Cádiz no puede trabajar en el Ayuntamiento. Aunque parece que cualquiera sí puede ser concejal o concejala. Por eso, es curioso que pierdan el tiempo discutiendo por los servicios, mientras vemos que no funcionan, o funcionan mal. Unos peor que otros, también es verdad.

José Joaquín León