EN Cádiz se habla mucho del Gran Teatro Falla, pero se recuerda muy poco a Manuel de Falla. Parece más importante el coliseo (donde se celebra el Carnaval) que el músico gaditano más importante de todos los tiempos, que es también el mejor compositor español del siglo XX. El pasado martes se estrenó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, una composición inédita de Falla. Fue un acontecimiento musical, que en Cádiz ha pasado sin pena ni gloria. En cambio, excuso contar lo que se hubiera formado si canta una comparsa en un teatro de Madrid, como en las presentaciones del antiguo cuartel Conde Duque.

Era una composición desconocida, de origen gaditano. Se titula Canción de niñas, y se considera estreno mundial en un concierto. Fue interpretada por la soprano valenciana Lucía Castelló, acompañada por el pianista vasco Alejandro Zabala. Un concierto al que asistieron académicos, artistas y músicos de prestigio internacional. Un evento presentado por el musicólogo Antonio Gallego, y por Elena García de Paredes, gerente de la Fundación Manuel de Falla (con sede en Granada), que declaró sentirse emocionada por tal recuperación.

Esa obra, Canción de niñas, fue compuesta por Manuel de Falla para el cumpleaños de una monja conocida como La madre, que fue la superiora del Colegio de las Carmelitas, en esta ciudad de Cádiz. Es decir, una composición del Falla más local, más gaditano. Porque el músico fue muy gaditano en sus primeros años, hasta que le pasó como a otros hijos ilustres de esta ciudad, cuando llega un momento en que uno se siente muy de Cádiz, pero fuera se progresa más. Y eso que aquel Cádiz, aunque ya iba a menos, no era comparable con el de ahora.

En Cádiz organizan un festival dedicado a Manuel de Falla, en algunos de cuyos conciertos no se cubre ni un tercio del aforo. Eso es lo de menos. Lo peor es que la casa natal de Manuel de Falla, sita en la plaza de Mina, sigue sin ser ese gran museo que se merecería. Un centro de peregrinaciones, como tienen otros músicos de su nivel.

Apenas se ha interesado por esa casa Ignacio Moreno Aparicio, cuando estaba al frente del Ateneo, y un intento de Rafael Román, cuando presidía la Diputación. El anterior Ayuntamiento lo tanteó, sin éxito. Y en cuanto al actual alcalde, José María González, suele hablar del Falla, pero no de Falla. Le interesa mucho más el Museo del Carnaval que el Museo de Falla. Para Fallas, ya está Valencia, según piensan algunos. Así le va a esta ciudad, de gran cultura.

José Joaquín León