EN la ciudad de Cádiz, siendo los últimos días del año 2018 (tercero de la era de Kichi), siguen apareciendo problemas de los más trascendentales. El último es el de la carpa. Volvemos a tener un importante debate ciudadano, acerca de dónde debe situarse. Por asuntos de menor enjundia, en los primeros tiempos del nuevo líder, organizaban mesas. Se entiende que mesas de trabajo, a donde sentaban a importantes hijos de la ciudad; no van a ser mesas para comer cigalas y langostas, como en el franquismo. Ahora las mesas están en decadencia, excepto en el Parlamento; y las consultas electrónicas han quedado mal vistas tras el fin de las barbacoas. Por lo cual faltan reaños (forma fina de decirlo) para hacer lo que conviene: cargarse la carpa casposa.

La carpa es una herencia que los indignados recibieron de los tiempos de la casta. La carpa es un rescoldo machista de la cultura patriarcal. La carpa era un sitio donde se reunían las ninfas y los sátiros. La carpa siempre fue ruidosa, poco carnavalesca, y carecía de arraigo. Si la carpa la hubieran inventado en los tiempos de las Fiestas Típicas Gaditanas dirían que era una herencia del franquismo para olvidar el Carnaval prohibido. La carpa es un sucedáneo de los bailes de máscaras del Carnaval, que de generación en degeneración ha caído en eso.

La carpa, como casi todo en Cádiz, tiene su historia. La inventaron en los tiempos de Carlos Díaz en la Alcaldía, y no fue por gusto, sino por necesidad. Han pasado 30 años. La inventaron para sustituir los antiguos bailes de Carnaval en el Gran Teatro Falla, cuando fue cerrado para la rehabilitación. El concurso del COAC, que entonces no se llamaba así, pasó al Teatro Andalucía, y los bailes presuntamente a la carpa. Años después, volvió el concurso al Falla y derribaron el Teatro Andalucía. Pero la carpa siguió dando cambayás, por medio Cádiz. Empezó en el Hotel Atlántico, y pasó por Asdrúbal, por Valcárcel, por Santa Bárbara, por la Punta y Puerto América, por los Bomberos, por los muelles, por la Renfe…

Nadie la quería y todos los vecinos protestaban. El PSOE la inventó, el PP no fue capaz de eliminarla y Podemos la mantiene. Martín Vila, que es de Unidos, le busca emplazamiento. ¿Otro más, Martín? Cárgatela de una vez, que la carpa se ha convertido en un símbolo del Cádiz profundo, como las barbacoas. Tú dices que la carpa no es ecológica, ni verde, y palante Andalucía...

Aunque verde sí ha sido, hay que reconocerlo. Tan verde como los sanmolontropos, histórica chirigota que salió precisamente en el 89, cuando empezaba la peregrinación de la carpa, en su huida por Cádiz.

José Joaquín León