AL ver a Fran González, presentando la candidatura del PSOE a la Alcaldía de Cádiz, me ha recordado a la sección Si yo fuera alcalde del Diario del Carnaval. Dicho sea con todo el cariño. ¿A quién se le ocurre presentarlo en estos días? Podría pasar como los de Ciudadanos, que al parecer están esperando a los vía crucis de Cuaresma, o vaya usted a saber. O incluso haberse anticipado, como Juancho Ortiz, que protagonizó la velada del corazón partío en el hotel Atlántico antes de Navidad. Y antes de que nombrasen Hijo Adoptivo a Alejandro Sanz, que después se ha puesto a apoyar a Juan Guaidó en Venezuela, en contra del camarada Maduro. Pero se hablaba de Fran González,  que apareció en la presentación junto a Irene García, presidenta de la Diputación y secretaria provincial, y junto a Adriana Lastra, portavoz del PSOE en el Congreso.

Fran González, por consiguiente, propició una imagen de unidad socialista, ahora precisamente, cuando hasta Alfonso Guerra (ese hombre que antaño era el azote de la derecha) parece que no es de los suyos. Fran estuvo arropado por una pedrista y una susanista, o eso creo que eran, nunca se sabe. Conste que a Fran González lo respeto, porque es un político quijotesco: pelea contra los molinos de viento. Y nunca se sabe por dónde soplará el viento, ya que unas veces va a favor de Kichi y otras en contra, depende del día y del asunto. Ser portavoz del PSOE en Cádiz es un cargo admirable, por lo sufrido e incomprendido que resulta.

Se presentó Fran González postulándose como “la izquierda creíble”. Eso sí me ha parecido redondo y acertado. Porque tenemos en el poder a la izquierda increíble. No te puedes creer prácticamente nada, y parece increíble que hayan llegado al poder municipal. En otras ciudades se extrañan, casi nadie se lo explica. Y si el programa municipal del PSOE nos suena al Si yo fuera alcalde, porque es muy difícil que se cumpla, ¿que se podría decir de los otros?

Pues ahí está la verdadera explicación de la izquierda increíble. Ustedes imagínense que hace cuatro años, cuando era conocido por sus aportaciones carnavalescas, le hubieran preguntado a Kichi en Si yo fuera alcalde. Y hubiera declarado que iba a frenar todos los desahucios, que iba a ofrecer trabajo para que los jóvenes gaditanos no emigren, y unos bonos eléctricos para que les salga la luz gratis, y viviendas sociales para frenar la sangría de población…

Esa es la izquierda increíble, en contraste con la izquierda de Fran González, que es más creíble, aunque pocos se lo crean.

José Joaquín León