ES curioso el caso de Ciudadanos, que por una desmedida ambición y por las diferencias internas, están haciéndose ellos mismos el harakiri. El caso del grupo municipal de Cádiz, donde Juan Manuel Pérez Dorao y María Fernández-Trujillo no seguirán, es un síntoma más, pero no el único. En otras ciudades andaluzas, como Sevilla, también han tenido problemas parecidos. Allí el secretario de Organización, Fran Hervía, se cargó al portavoz, Javier Millán, aunque lo disimularon después colocándolo como delegado provincial de la Consejería de Juan Marín. De los tres concejales que tenían en Sevilla sólo les queda uno, porque nadie más ha querido tomar posesión. En Cádiz ha sido peor, porque los dos concejales que tenían los van a perder y pasan a no adscritos.

La bronca ha trascendido justo cuando vino Albert Rivera para dárselas de liberal del siglo XXI de las Cortes de Cádiz. Ya se ha visto en lo que consiste ese liberalismo: en cargarse desde Madrid el trabajo de sus concejales de Cádiz, en imponer desde arriba los candidatos a sangre y fuego mientras se hablaba de transparencia, en apostar por una candidatura nueva sólo por las divergencias internas. Esto es también un aviso a los navegantes independientes que se plantean el aterrizaje en Ciudadanos.

El mérito de Juan Manuel Pérez Dorao y María Fernández-Trujillo ha sido, precisamente, dotar de una voz a Ciudadanos en Cádiz. Llegaron a la política sin experiencia previa, procedentes de la llamada sociedad civil gaditana y avalados por sus profesiones. Juanma es abogado y María profesora. Me consta que ambos han realizado en gran esfuerzo de adaptación, no sin grandes dificultades personales y familiares. La consecuencia ha sido un trabajo serio, que permitió puntos de encuentro y entendimiento con el PP y con el PSOE. Sólo faltó una moción de censura que Fran González no se podía permitir, aunque el cuerpo se lo pidiera. En el Ayuntamiento, Ciudadanos  obtuvo más logros de los que les correspondían con dos ediles, incluidos sus cargos en Onda Cádiz y la Fundación de la Mujer.

Ciudadanos era la pareja deseada por el PP (y por el PSOE también) para pactar después de las elecciones. Las palabras de Juanma Pérez Dorao ayer fueron muy duras, al decir que “Ciudadanos se ha cachondeado de Cádiz” y también que “desprecian el municipalismo”. Ahora el escenario se queda más claro, con el PP de Juancho Ortiz como la alternativa del cambio. Y con Fran González como tercera vía para que el PSOE no haga de palmero de Kichi.

José Joaquín León