EL Viernes Santo de Cádiz se recompone. Se fue una cofradía de la parroquia de San Lorenzo (Dolores) y hoy vuelve otra (Descendimiento). De nuevo cuenta con cuatro cofradías (Siete Palabras, Expiración, Descendimiento y Buena Muerte), que en realidad serían cinco si se le añade la de Ecce Mater Tua, que sale a primera hora de la madrugada del Sábado Santo. En esta jornada, en la que se conmemora la muerte de Cristo en la cruz, la Semana Santa gaditana no se podía quedar con un roto ni con un descosido. Es uno de los días esenciales, por su significación litúrgica, aunque llegue cuando el cansancio aprieta y más se nota.

El Viernes Santo gaditano mejora con la incorporación del Descendimiento. Esta cofradía no salió siempre en la Madrugada. A lo largo de su complicada historia, ha pasado por varios templos y por varios días. En 1969, cuando fue reorganizada en San Lorenzo, se incorporó a la tarde del Viernes Santo. En esta jornada impactará su paso severo, en el que destaca la imagen del Crucificado que talló Francisco Buiza en 1978.

No sabemos si este regreso al Viernes Santo permitirá a Descendimiento que sus cofrades cumplan el anhelo de llevar en un segundo paso a la Virgen de los Dolores, asimismo tallada por Francisco Buiza. Se barajó la posibilidad de incorporar a la Virgen bajo templete o cúpula, como fue costumbre antigua, tanto para dolorosas de Semana Santa como imágenes de gloria (entre ellas la del Carmen), especialmente en el siglo XIX. Sería una gran aportación.

En todo caso, hoy podrán ver en las calles gaditanas estampas insólitas. El paso del Descendimiento recorrerá la calle Columela completa, desde la plaza de las Flores hasta la esquina de San Francisco, en su itinerario hacia la carrera oficial. Resultaba admirable en la Madrugada, en esas horas a veces solitarias y siempre misteriosas. Sin embargo, en esta tarde de abril avanzado, con la luz que ya se demora plácidamente en los atardeceres, será novedoso contemplar el gran misterio del Descendimiento por la calle más comercial de Cádiz, entre los cierros y balcones, como si se asomaran a un oficio de tinieblas, que romperá en la noche más oscura. Pues detrás del Descendimiento, cuando llegue a la plaza de San Agustín, irá la Buena Muerte de Cristo.

Por la carrera oficial, pasará la Cruz. Primero, Siete Palabras y Expiración. Después, Descendido y Muerto (consumatum est), la verdad del Crucificado dejará un repeluco de últimos fríos, cuando la noche del Viernes Santo, densa y triste, se apodera de Cádiz.

José Joaquín León