LA dimisión de Fran González como concejal del Ayuntamiento de Cádiz es coherente. Después de lo ocurrido el pasado 26 de mayo, su presencia sólo serviría para importunar. No estaba en una situación políticamente correcta para seguir haciendo oposición a Kichi, ni mucho menos para apoyarlo durante los próximos cuatro años, sabiendo lo que sabe. Por consiguiente, estará mejor fuera que dentro del Ayuntamiento. No obstante, sus compañeros de militancia socialista en Cádiz, que tan favorables son a martirizar al líder local, harían bien en no disparar. Se ha retirado del grupo municipal. Pero no de la política, ni del PSOE.

Fran González fue de los primeros socialistas gaditanos (junto a Rafael y José María Román, y pocos más), que confiaron en Pedro Sánchez cuando parecía una locura. Su oposición a Kichi no se debió a que practicara una política de derechas, sino porque veía la ineficaciadel alcalde. El PSOE contaba con un buen grupo municipal. Tras el triunfo de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a la Moncloa, hubo ascensos. Así Victoria Rodríguez pasó a ser delegada del Estado en la Zona Franca, y José Pacheco fue nombrado subdelegado del Gobierno.

Con un resultado mejor (si se hubiera aproximado a Kichi en el número de concejales y hubiera mantenido el diputado provincial del PSOE por Cádiz), es probable que Fran González estuviera optando a la presidencia de la Diputación. Pero como los resultados son los que son, lo normal es que mantengan como presidenta a Irene García. Así que tranquila, Irene, que te lo has ganado en el campo de batalla.

Fran González es un político guadianesco. En el PSOE, cosas veredes, amigo Sancho, que parecen milagrosas. Defenestrados que salen andando tan campantes, y otras así. Cuando Pedro Sánchez sea investido aparecerán otras posibilidades.

El fallo de Fran ha sido no dejar en evidencia a Kichi como lo que es: un alcalde ineficaz, sin proyectos, aunque reduzca el pago a proveedores.  Si hubiera facilitado el éxito del kichismo, el alcalde hubiera ganado el 26 de mayo a lo Gran Teófila, con mayoría absoluta, y el PSOE se hubiera quedado con dos concejales. Fran sabía que no podía ponerle la alfombra roja y hacer de palmero.

Pero tampoco ha conseguido el cambio. Una oposición que no obtiene un cambio, aunque sea para que gobierne la otra izquierda, ha fracasado. Fran González se convierte en la nueva víctima propiciatoria del PSOE, el gran sacrificado, para que se quede a sus anchas el populismo de Kichi.

José Joaquín León