UNO de los problemas de la política actual es la cobardía. Los partidos están muy pendientes del qué dirán, y así son incapaces de adoptar decisiones por miedo a que no se entiendan, o por incapacidad para explicarlas. En Cádiz los tres partidos de la anterior oposición (PP, PSOE y Ciudadanos) coincidían en lo esencial: el alcalde, José María González, era un freno para el progreso de la ciudad. Pero no se pusieron de acuerdo para presentar una moción de censura al segundo año y cambiar de alcalde. Por  dudas, por no atreverse… Así facilitaron que el personaje de Kichi se fuera asentando y sucediera lo de siempre en Cádiz: cualquier alcalde recibe un plus de votos en unas elecciones municipales. Por eso, lo que ha pasado en Puerto Real debe servir de ejemplo.

En Puerto Real, también había un alcalde de Podemos. Es el municipio más izquierdista de la Bahía de Cádiz. Igual que Budapest consta de Buda y Pest, y Cádiz tiene a Cai-Cai y Puerta Tierra, en Puerto Real está la Real Villa y el Río San Pedro. Eso se ha notado muchas veces, al votar diferente en las elecciones. Pero el electorado es claramente de izquierda, y allí cuando hubo más inclinación al centro se impuso el Partido Andalucista. Aunque lo normal es que ganaran los comunistas de Pepe Barroso, o los podemitas de Antonio Romero en 2015.

Pues bien, en Puerto Real, al PSOE no le ha dado vergüenza de pactar con los andalucistas de AxSí, para que la socialista Elena Amaya consiga la Alcaldía. Algo que no han sido capaces de asumir en Conil, donde pudieron hacer lo mismo, aunque allí el rival era de IU. En Puerto Real sabían lo que se jugaban. En Puerto Real han entendido que el podemismo puede ser frenado sin miedo al qué dirán. Es lo mismo que el PSOE no tuvo valor de hacer en Cádiz, donde se arrugó cuando el PP y Ciudadanos les ofrecieron pactar, incluso con la posibilidad de que el alcalde hubiera sido Fran González.

¿Qué hubiera pasado en Cádiz con un alcalde socialista en 2018 y 2019? Nunca lo sabremos, pero yo estoy casi seguro de que el resultado del 26 de mayo hubiera sido diferente. También en el PSOE lo piensan algunos; y por eso han capturado el pájaro en mano de la Alcaldía de Puerto Real, en vez de mirar a las musarañas para no molestar a Podemos. Ahora, cuando tanto se habla de los pactos con los extremos, no se debe ignorar que además de la extrema derecha existe la extrema izquierda. Y que en Europa no gobierna ningún dirigente del estilo de Nicolás Maduro. Hasta Tsipras pasó por el aro para el rescate de Grecia.

José Joaquín León