EL nuevo equipo de gobierno municipal de Cádiz ha empezado con buen pie. Me alegro por ellos y por ellas. La impresión inicial no es definitiva, pero aporta pistas. Es muy importante la primera foto. Hace cuatro años quedó para la posteridad aquel desahucio de la calle Benjumeda, cuando un concejal (que no sigue en la Corporación Municipal) apareció con los pies por delante, obstaculizando a la Policía. Esa no era la forma en que un Ayuntamiento debe evitar los desahucios, pero quedó como el testimonio gráfico del populismo. Sin embargo, cuatro años después, la gran foto que nos queda para el recuerdo es la que hizo Kiki del nuevo equipo de gobierno, con el alcalde sosteniendo su bastón de mando, y que parece la nueva junta de una cofradía de penitencia laica.

En la foto, se ve al nuevo gobierno local de Cádiz en el salón del Ayuntamiento. Aparece detrás el retrato de Su Majestad el Rey que pintó Antonio Álvarez del Pino. Ningún caballero va con corbata, aunque casi todos con chaqueta; y las señoras se nota que se han esmerado, casi todas con vestidos más o menos de cóctel, y ninguna con indumentaria playera ni pelos raros. Además, todos y todas lucen sus medallas, del Ayuntamiento y laicas, las mismas que deberían llevar en las procesiones, si es que se deciden a participar alguna vez. En síntesis, se puede afirmar que parece un gobierno municipal normal, a pesar de la idiosincrasia de nuestro alcalde Kichi.

Se demuestra que en cuatro años hemos avanzado en la civilización occidental. Lo digo por ser optimista. También se nota que han entrado algunas personas de otros talantes, y que quienes se han quedado ya han visto algunas barbas peladas, lo que les sirve de recordatorio. Tengamos en cuenta que Adelante Cádiz no es exactamente como el Unidas Podemos del matrimonio de Pablo Iglesias e Irene Montero, sino una confluencia autóctona de los González Santos/Rodríguez-Rubio Vázquez. Así que pueden fijar sus propias normas.

Este nuevo equipo, tal como se les ve en la primera foto, con el alcalde Kichi portando el bastón de mando, y con todos y todas con sus medallas, está pidiendo a gritos salir en una procesión. Vamos a dejarnos de pamplinas y remilgos. Aprovechen el domingo próximo para salir en el Corpus. Los nuevos tiempos necesitan nuevas costumbres. Hay que dejar claro a Pablo Iglesias (que protestó por la Medalla de la Ciudad a nuestra Patrona) que en cuestión de medallas vamos mejorando. Y que en vuestra casa no manda él, porque no es un cortijo ni un chalé.

José Joaquín León