LA cabeza política de Irene García permanece en su sitio, de lo cual me alegro. No están los tiempos para carnicerías políticas. La presidenta de la Diputación Provincial mantendrá su cargo, como los demás colegas andaluces. Y tiene mérito, porque algunos pedristas ya habían desenfundado los cuchillos antisusanismo y, de momento, los han guardado. Un pacto para las diputaciones es relativamente sencillo, pues se trata del arte de repartir con cierta generosidad. Ya nadie habla de suprimirlas. Si acaso explican el destino que darán a su sueldecito de diputado provincial, que puede ser suficiente para mantener a un alcalde y repartir a los pobres. Las diputaciones practican la justicia distributiva, por lo que son de interés general. En ese contexto, Irene se había ganado la continuidad en el campo de batalla.

Un rival hubiera sido Fran González, pero su mal resultado en Cádiz le quitó el diputado provincial al PSOE y se quedó fuera. Una desgracia completa. Otros que habían sonado ya tienen bastante trabajo en sus ayuntamientos respectivos. José María Román es alcalde de Chiclana. Javier Pizarro es alcalde de Alcalá de los Gazules. Por otra parte, colocar de presidente de la Diputación a un Román o a un Pizarro (sin cuestionar sus méritos personales) le hubiera dado un cierto rango de dinastía. Ya saben, los Román y los Pizarro, como si fueran familias reales del socialismo gaditano. Aparte de que hubieran repetido el modelo Pepé, el de Pepe Loaiza, cuando fue alcalde de San Fernando y presidente de la Diputación en el mismo pack. Cuatro años después dejó de ser alcalde de San Fernando y presidente de la Diputación. Es mejor abarcar lo justo y necesario. Repartan juego...

A la hora de repartir, el mejor partido es el PSOE. Eso es así, guste o no. El PSOE nunca deja tirados a los suyos, excepto a los que se tiran ellos mismos por las ventanas y se defenestran. A las pruebas me remito. Elena Amaya era diputada provincial, pero causa baja cuando pasa a ser la nueva alcaldesa socialista de Puerto Real. Mientras que David de la Encina, que ha dejado de ser el alcalde socialista de El Puerto de Santa María, entrará como nuevo diputado provincial. A eso me refería al citar la justicia distributiva. El que vale, vale; lo mismo para la plaza España que para Algodonales.

Conste que otros partidos, como el PP, intentan hacer lo mismo, o parecido, aunque  con menos habilidad para la justicia distributiva. Así que tranquila, Irene. Después de salvar la cabeza política, podrá dedicarse en todo su esplendor a la provincia.

José Joaquín León