LA presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, protagonizó ayer unas declaraciones en Canal Sur Radio, en las que vino a decir que este año “me están dando la del pulpo en el Carnaval de Cádiz”. Añadió que se lo toma con humor. Digo yo que ese pulpo no es para tomarlo como el de la ensaladilla del Lulu. El último pulpo famoso fue Paul, que pronosticaba los resultados del fútbol. Pero desde que palmó, no hay otro pulpo que no sea a la gallega, o en ensaladillas de pulpo, que rivalizan con las de gambas y las de atún, aunque esto es más propio de analizar por Pepe Monforte. Hasta que se ha descubierto que este año a Susana Díaz le están dando la del pulpo en el Carnaval. No es por casualidad, sino por lo mismo que se metían tanto con Teófila, y ya no, ¿para qué?

Yo lo noté más en preliminares. Todas las agrupaciones reivindicativas criticaban a Susana Díaz, mayormente porque se cargó a Pedro Sánchez y acabó con su teoría del no es no. Esto se presentó como que el PSOE había traicionado a la clase obrera, y a no sé quien más. Del análisis detenido de los repertorios de algunas agrupaciones (no todas, ¿eh?) se apreciaría que el pulpo tiende a morado. En el Carnaval siempre se han metido con todo el mundo, pero llama la atención que contra unos se meten más el año que hay elecciones, si lo comparamos con cuando no las hay. Y que contra los que ya sabemos (que terminan en emos) no se meten nunca, o muy dulcemente.

Decía la presidenta de la Junta, en esa entrevista, que otros años había pasado más desapercibida en los repertorios. Pues, claro, porque no le tocaba. La crítica al poder se reparte según el año: a Mariano y a Teo les tocaba siempre (ahora a ella ya no), a Susana depende y al otro nunca. El pulpo funciona así. Oye, que el pulpo puede tener sus ideas y no pasa nada, y yo me alegro. Pero tampoco nos vamos a chupar el dedo.

A todo esto, Susana ya ha advertido que no vendrá al Carnaval de Cádiz, así que no verá otra vez a Kichi, y lo deja caer como quien no quiere la cosa. No es como Manolo Chaves, que se apalancaba  junto al bar Merodio para ver a los coros en la Plaza. Entonces no le solían dar la del pulpo, o depende del año, sino que él prefería los erizos.

Susana Díaz se va a quedar en Sevilla, como muchos sevillanos, pues hoy se juega un Betis-Sevilla, que parece puesto adrede, como una medida anti-botellón. Quedarse allí y venir mañana. Y Susana no sabe lo que la espera como gane el Congreso del PSOE a los sanchistas de Pedro. Entonces sí que se va a enterar de lo que vale un pulpo.

José Joaquín León