ENTRE los políticos gaditanos que se las saben todas, está Paco González Cabaña. Ha resistido los vientos de levante y poniente de las familias del PSOE, desde Benalup, que está cerca de Alcalá. Supo nadar y guardar la ropa, cumpliendo la máxima de que un alcalde de pueblo, para ser importante, debe conseguir tenedor y cuchillo en la capital. Ahora se ha retirado de la política. En la entrevista que le hizo Francisco Sánchez Zambrano en el Diario, decía Cabaña que “he descubierto que hay vida inteligente más allá de los cargos públicos”. Después de 36 años en la política, otro que se cayó del caballo, y se dio cuenta. A buenas horas, picha… Ahora podrás ver incluso los partidos del Cádiz B en Segunda B, y los del Cádiz A en Segunda A. Eso también es vida inteligente.

Una vez me dijo Paco Cabaña que coincidía más conmigo en el fútbol que en la política. Lo entiendo. Y, además, que la política no se juega con un balón, y es más fácil que te roben un partido. Cabaña ha sido uno de esos políticos que no se chupan el dedo, con un manual de resistencia. En esos 36 años ha conocido muchas cosas que se pueden contar y otras que no. Ha conocido a muchos dirigentes del PSOE, que llegaban a la provincia como si descubrieran América. Se retira un gran especialista en los fantasmas de la Diputación, y en las familias divididas, tanto del socialismo rural de la provincia profunda como de las tribus urbanas del PSOE gaditano.

En los últimos coletazos, ha apuntado, antes de hacer “¡pum!”. Ha evocado el fracaso de los pedristas, que bailaron con siete velos, para pedir la cabeza de Irene García. Pero resultó que Irene era una Salomé sanluqueña; y al final del baile, en la bandeja de las urnas, pusieron la cabeza de Fran, devorado por Kichi, que no tenía arte ni parte en la historia del PSOE. Cabaña también ha apuntado para hacer “¡pum!”, y no perdonar a José María Román, alcalde de Chiclana y hermano de Rafael. Dice que José María, en la Diputación, “toca de oído”.

Así, después de 36 años, Paco Cabaña se va despotricando contra el pedrismo, tras haber tocado él todos los instrumentos de la orquesta socialista. Y ensalza con devoción a Irene García, que mantiene el acento rural del PSOE, y ha fundado otro clan de la manzanilla en la provincia. Una manzanilla abierta a las mayorías, apoyada por los independientes de Franco, que arrasaron en La Línea, y por el andalucista de Barbate, Miguel Molina, que tiene nombre de copla.

No se confíen. Advierto que Cabaña jubilado puede ser todavía más peligroso.

José Joaquín León