CON la polémica por los derechos de televisión, otra vez se ha conseguido que el principal problema de Cádiz sea el Carnaval. En estos días la gente discute sobre si Canal Sur y Onda Cádiz deben ponerse de acuerdo, o no. El alcalde Kichi, que es un artista culpando a los demás de las responsabilidades municipales, ha mostrado su satisfacción por lo sucedido y por la concesión de los derechos de televisión a la emisora municipal en exclusiva. Es decir, que detrás de lo que ha ocurrido está Kichi. Este es un detalle importante, que no se debe omitir. El Carnaval no ha sido remunicipalizado, pero el concurso actual del COAC en el Falla está controlado por el gobierno municipal.

El Patronato es un organismo que, en teoría, funciona con cierto rango ejecutivo y autónomo. En los tiempos de Carlos Díaz (por no hablar de José León de Carranza o Jerónimo Almagro), el Carnaval se organizaba desde el Ayuntamiento. La llegada de Pepe Mena como concejal fue bien acogida. Después se creó la Fundación. Cuando entró Teófila Martínez como alcaldesa, se encontró con un mundo que le era desconocido en profundidad, y en el que nunca se implicó a fondo. Ella iba al palco a aplaudir cuando la criticaban, y le dejaba la concejalía de Fiestas a alguien vinculado al Carnaval, como podía ser Juan Antonio Guerrero, hasta que se llegó a Vicente Sánchez, que se curtió en estoicismo para lidiar el asunto. Habían surgido voces que pedían la autogestión del concurso, sobre todo desde la Asociación de Autores, con José Antonio Valdivia. El Patronato fue un invento para que el concurso se convirtiera en cosa de las agrupaciones, y no sólo del Ayuntamiento.

Al llegar Kichi a la Alcaldía mostró un evidente afán por controlar el concurso. A diferencia de Teófila Martínez o de Carlos Díaz, a él sí le interesa ese mundo, donde tiene muchos simpatizantes. Como Miguel Villanueva no estaba por la labor de dejarse controlar en Autores, ni otras asociaciones tampoco, el alcalde tuvo la habilidad suficiente para hacerse con el mango de la sartén, y puso a María Romay como rostro amable hasta quemarla y hartarla. Y, en la campaña electoral, los de Adelante mis anticapitalistas dijeron, chupando rueda del PSOE, que había que remunicipalizarlo.

Sería mejor quitarse el antifaz y municipalizarlo de verdad. El Patronato es un organismo fantasmagórico, que ya sólo funciona como una marioneta del poder municipal. Todo el mundo sabe quién escribe el guión y quién mueve los hilos. Por eso aplaude lo que ha ocurrido.

José Joaquín León