CADA uno puede celebrar lo que quiera, pero las fiestas de los Tosantos y los Fieles Difuntos se han desvirtuado. Ahora todo es como un Carnaval en noviembre. El Halloween, aunque se haya generalizado, es una costumbre espantosa, que no tiene nada que ver con nuestras celebraciones. Y lo que ha propuesto como alternativa el Obispado, con el Holywins, es una cursilería, con los niñitos y las niñitas disfrazados de santitos y santitas, y de angelitos y angelitas. ¿Dónde se quedó la liturgia? Eso es como anticipar los belenes vivientes de Navidad.

Aquí se están luciendo todos. El Ayuntamiento de Podemos quiere potenciar las fiestas de Halloween para “dinamizar la ciudad”. Eso dice la concejala María Romay. Los de Podemos, que son anticapitalistas, ignoran que las primeras fiestas de Halloween entraron en Cádiz por la Base de Rota. Por un lado van a protestar contra los yanquis, y por otro copian las fiestas. ¿En Chicago hay juanillos de Teo y Kichi?

Los de Podemos saben que en Cádiz existe una forma profana de festejar estos días: los Tosantos. Han organizado para hoy el pregón de Enrique Miranda en el Ayuntamiento, y han editado un cartel. Pero sólo celebran un día en los mercados: el lunes 31. ¿Por qué no organizaron la fiesta desde el sábado al martes para potenciar los Tosantos? Así se “dinamizaría” la Plaza y el Mercado Virgen del Rosario, para que vendieran más. Y organizar actividades para los niñitos y las niñitas, a los que les gustan los frutos secos y los dulces y las golosinas propias de los Tosantos.

En el Obispado, en vez de inventarse la pamplina gazmoña del Holywins, podrían fomentar los triduos y funciones de Ánimas. Además de organizar conciertos, con la música de temporada. Una antología de réquiems, con el de Mozart, el de Verdi y el de Brahms, que son palabras mayores. Seguro que los de Virelay descubren algún antiguo réquiem gaditano, si se lo encargan.

Al situar al barrio de Astilleros como el núcleo central de Halloween, con El Bosque del Terror, se ha confirmado que la Iglesia cometió un error por dejar a esos vecinos en el limbo. Así les ha salido. Una pena, porque allí podrían tener su parroquia, con su Cáritas para ayudar a los necesitados, sus catequesis, bodas, bautizos y comuniones, incluso una cofradía (están más cerca de la Catedral que San José). Y así no se despistarían con los disfraces de monstruitos fuera de temporada. Mientras en Cádiz, por catetismo, se le está dando una puñalada de muerte a los Tosantos de toda la vida.

José Joaquín León