EN el corto alcance del Gobierno que se ha coaligado, el mundo se divide en progresistas y fachas. O sea, en ellos & ellas y los demás. Están decididos a crear un nuevo país (que es lo que dicen todas las dictaduras, sean o no del proletariado), y a terminar con el sistema patriarcal, estableciendo no un sistema de igualdad de oportunidades (que sería lo más justo y razonable), sino un sistema matriarcal. En principio, no me parece mal; ni bien tampoco, sino que no me parece. Con las mujeres y los hombres sucede como con las personas en general, que no todas son buenas ni todos son malos. Lo mismo que pasa en el Consejo de Ministros y Ministras.

Ese furor para que manden mujeres ha llevado a decisiones estratégicas. Ya tenían a una mujer, Margarita Robles, como ministra de Defensa, y no ha sido la primera. El PSOE prefiere poner a mujeres al mando de los militares. Supongo que por pensar que así le quitan machismo a los uniformes. Es una parida, porque el Ejército cuenta con hombres y mujeres. Los militares tienen otros problemas (como las jubilaciones tempranas), de los que se habla poco.

La semana pasada nombraron a otra mujer, Paz Esteban, como la primera directora de los espías del CNI. Hasta ahora las espías eran vistas todas al modo de Mata Hari, o de película de James Bond, una de las cuales se rodó en Cádiz. Pero lo que se ha presentado como el no va más del feminismo es la designación de María Gámez como directora general de la Guardia Civil. A pesar de que en la Benemérita ya hay mujeres con tricornio. A ver si doña María viene el Viernes Santo a Cádiz, para salir en la Expiración, tan vinculada a la Benemérita, como ya hicieron otros directores generales. En la Expiración tienen una hermana mayor, Elisa Montero, que no llegó a ese cargo por ser mujer, sino por su vinculación, que le viene de familia, y por su trabajo.

Las mujeres que mandan salen con naturalidad cuando tienen dotes y no son marginadas. Vamos evolucionando. Un caso curioso ha sido el del Carnaval de Cádiz, donde la concejala Lola Cazalilla propuso a una mujer, Ana Barceló, para presidir el jurado, y el PP, Cs y el PSOE formaron una gran coalición con otros del gremio del Carnaval para poner a Manolo Camacho. Sería por algo.

A lo mejor sería porque no se puede controlar todo. Controlar el Poder Judicial, controlar la Fiscalía, controlar el Ejército, controlar el CNI, controlar la Guardia Civil, controlar el Diccionario de la Academia, controlar el jurado del Carnaval… A ver si dejan que la gente respire. Ellos y ellas.

José Joaquín León