EL hospital de Puntales, cuyas obras no han comenzado, es mucho más que una promesa incumplida por la Junta de Andalucía, desde los tiempos de Manuel Chaves en la presidencia. Ha tapado la pérdida de una de las principales empresas de Cádiz: Construcciones Aeronáuticas. Es curioso recordarlo cuando se habla de recorte de plantilla en Airbus. En el Cádiz de finales del franquismo aún había varias empresas potentes, que proporcionaban gran parte del empleo, y contribuían a crear un tejido urbano de pequeño comercio. Ese ranking industrial estaba formado por Astilleros, el Puerto, Tabacalera y Construcciones Aeronáuticas.

Medio Cádiz trabajó en algún momento en esas empresas. Y el otro medio tenía una acusada dependencia. En el caso de la Aeronáutica, la empresa no se perdió, sino que fue trasladada a Puerto Real, donde construyeron las instalaciones que darían paso a Airbus tras la absorción de la empresa aeronáutica española en el consorcio europeo. Hubo polémica, porque Cádiz se quedaba sin una de sus empresas industriales. Se perdieron cientos de empleos en la ciudad. Pero se aceptó, porque era un traslado a un municipio vecino, para mejorar las instalaciones. Fue una de las primeras veces que se puso en valor el área metropolitana, con la Bahía de Cádiz como zona de expansión de una ciudad sin terrenos.

Con el tiempo ha quedado sólo la pérdida. El proyecto del hospital lo promocionó Manuel Chaves como presidente de la Junta, que anunció el inicio de las obras para 2009 y la terminación en 2012. Encontró la colaboración del Ayuntamiento, donde estaba de alcaldesa Teófila Martínez, y de la Zona Franca, que entró en el proyecto. La operación parecía beneficiosa para la ciudad. Contemplaba proyectos residenciales con 618 pisos en los terrenos donde ahora sigue el Hospital Puerta del Mar.

La pérdida de CASA, una de las dos factorías más importantes de Cádiz (la otra era Astilleros), no ha tenido la compensación prevista, que pasaba por un hospital de vanguardia, para ser de referencia en Andalucía, y por las viviendas en el solar del Puerta del Mar. A día de hoy, el hospital del SAS sigue en la Avenida, mientras que en el solar de la Aeronáutica hay un espacio estéril, con sus jaramagos, y sometido a promesas vagas, en el sentido más amplio.

A Cádiz la han timado. Pero, como pasa en el tocomocho, hay unos que se pasan de listos y otros de tontos. Las inversiones públicas dependen de muchos factores, entre ellos la capacidad para exigir lo prometido.

José Joaquín León