UNA vez más, en Cádiz nos quedamos con las anécdotas. El Ayuntamiento, a través de la delegación de Movilidad de Martín Vila, organizó una jornada peatonal, con actividades para niños, en la plaza de España, y lo anunciaron como si ya la hubieran salvado. Sin embargo, se debe decir que el problema de la plaza de España no es sólo el aparcamiento, sino que estamos en el camino de cargarnos la herencia del Centenario de la Constitución de 1812, que es el Monumento de las Cortes. Y que la plaza de España se ha quedado al margen del uso y el ocio de los gaditanos. Ahora es un espacio desperdiciado que se debe recuperar.

Todo eso no se arregla con jornadas peatonales. Por cierto, que tuvieron una bronca por coincidir con una concentración de moteros, que también disponía de permiso. Y puede que no se haya dado cuenta, o que vaya a lo loco, pero anuncia otro día peatonal en la plaza de España para el domingo 7 de mayo, que no sé si lo sabrá Martín, pero es el día de la Motorada de Jerez. Es decir, que su evento peatonal va a coincidir con el fin de semana de los moteros. ¿Viva la peatonalización? ¿O vivan los tubos de escape?

Pero insisto en que la plaza de España no se arregla quitando o dejando los aparcamientos. Ahora su entorno sirve de garaje al aire libre, a pesar de los estragos que causan las palomas diarreicas. Sin embargo, la plaza de España de ahora no es como la de antes. En otros tiempos, rivalizaba con Mina, Candelaria o San Antonio. Los niños y niñas de Cádiz aprendían a montar en bici, jugaban y esas cosas que solían hacer los niños, cuando no tenían teléfonos móviles desde el día de la primera comunión, ni veían cosas raras en Internet. Por el contrario, los niños más mayores, de ciertas edades, solían hacer allí sus cositas por las noches. Sin necesidad de emborracharse.

La parte lúdica o de ocio de la plaza de España se ha ido perdiendo, hasta quedar casi perdida del todo. ¿Por qué? Se ha convertido en un espacio inhóspito y estéril, que está como en la periferia del casco antiguo.

Para colmo, se desaprovecha su potencial. El monumento de las Cortes de Cádiz, como ya se explicó en otro artículo, necesita una restauración integral. A fondo, que no se limite a manguerazos y sálvese lo que pueda. Los políticos como Albert Rivera, que es liberal de Cádiz, vienen y se hacen fotos allí. Pero nada más. Deberían crear una mesa y encabezar una colecta para salvar la herencia del Centenario doceañista en Cádiz, que se celebró en 1912, y nos dejó ese monumento que se está destrozando.

José Joaquín León