AUNQUE esta historia sea conocida, resulta oportuno volver a contarla, porque a veces se olvida, y hay muy poca memoria histórica; o será que los recuerdos se esparcen a conveniencia. No se puede entender lo que es hoy la cofradía del Nazareno de Santa María sin la aportación de José María Pemán, que fue su hermano mayor. Ni mucho menos sin lo que hizo para crear de la nada a la Virgen de los Dolores, que había sido destruida. En el origen de la Virgen de los Dolores de Santa María está José María Pemán, está Juan Luis Vassallo, está Antonio Accame, está Gitanilla del Carmelo… Es decir, están Cádiz, los gaditanos y sus sentimientos. Pero, por encima de todo, Pemán.

El 8 de marzo de 1936 fue un día nefasto para Cádiz. Atención a la fecha, que todavía no se habían sublevado las tropas de Franco. En aquel día de marzo hubo saqueos, incendios y asaltos de diversos templos gaditanos. El barrio de Santa María fue el más afectado. En aquellos días, quemaron la iglesia de la Merced, que quedó devastada, el convento de Santo Domingo y el convento de Santa María. En los disturbios quemaron al Nazareno, aunque salvaron la cabeza y las manos, gracias a una acción valiente. También destruyeron las imágenes de la Virgen de los Dolores, San Juan y la Magdalena, así como la Cruz de Jerusalén (que era de ébano) y otros enseres artísticos.

El escultor jerezano Antonio Bravo rehízo la imagen del Nazareno (que antes fue de talla completa) y volvió a salir en 1939. Pemán, que era hermano mayor (o prioste) en aquellos años, donó la nueva imagen de la Virgen de los Dolores, que le encargó al escultor gaditano Juan Luis Vassallo. Fue una decisión de alto interés artístico, además del devocional, porque Vassallo no se prodigaba en la imaginería religiosa. Era un escultor total, y de gran prestigio.

También encargó Pemán el nuevo paso de palio. Fue diseñado por Antonio Accame y bordado por Leopoldo Padilla, con un peculiar estilo. En aquellos años, Gitanilla del Carmelo, en su casa del Mentidero, contribuyó a ampliar el ajuar de la Virgen. Y fueron muy curiosos los respiraderos del paso, tallados y dorados, hasta que se cambiaron en 1961 por los que labró el orfebre sevillano Jesús Domínguez.

Sin José María Pemán la cofradía del Nazareno no sería como es. Ni el barrio de Santa María tendría a su Virgen de los Dolores, que un gran escultor gaditano talló con cariño. Su barrio le reza en los momentos de tribulación y dificultad. Hoy, un triste Jueves Santo de coronavirus, como siempre.

José Joaquín León