EL nuevo Hospital de Cádiz, en los terrenos de la antigua CASA en Puntales-Loreto, va a ser ahora o nunca. En los próximos meses, Cádiz tendrá la oportunidad de luchar por esa instalación sanitaria, si es que la quiere. En caso contrario, deberían pensar en dedicar ese terreno a algo mejor que el cultivo de jaramagos. Para los circos tampoco va a servir; al menos para los circos con elefantes, leones y tigres de toda la vida. Y para el mercadillo del Piojito, como insinuó el concejal David Navarro en algún momento, creo que tampoco. Pudiera servir para un aparcamientos de superficie made in Martín Vila, pero sería un desperdicio.

Lo ideal sería que sirviera para lo previsto: el nuevo hospital. La provincia de Cádiz ha sido una de las menos castigadas de España por la crisis sanitaria del coronavirus, con 60 muertos hasta ayer. Está entre las provincias españolas con menos fallecidos. Es paradójico y cruel, porque va a ser de las más castigadas en lo económico, al salir tocados y hundidos algunos sectores que aportan miles de empleos (de más o menos calidad, pero empleo), como son el turismo, la hostelería, el comercio y otros servicios. El Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias los considera como “no esenciales”, aunque para Cádiz lo son, y mucho.

En la gestión sanitaria, es muy digno de alabar el gran trabajo de los médicos, enfermeros y personal de nuestros hospitales. Sin ese enorme trabajo, con medios insuficientes y jugándose la propia vida, es probable que hubiéramos lamentado muchas más muertes. Pero, a día de hoy, se ha conseguido que la presión sobre el Hospital Puerta del Mar se haya reducido.

¿Significa que no hace falta uno nuevo? No, significa que en Cádiz hemos tenido suerte y aciertos. Por la menor incidencia de la pandemia y por el buen trabajo de nuestros sanitarios. Pero, en otras circunstancias, ahora habría un aluvión de críticas por no haber construido el hospital prometido en los terrenos de Puntales-Loreto.

La Comisión Europea va a poner especial énfasis en mejorar las infraestructuras sanitarias. Ahí estará la oportunidad para el hospital de Cádiz. Una de las grandes lecciones que nos va a dejar el coronavirus, entre otras, es que no se puede ir por detrás en las epidemias del siglo XXI, sino que hay que activar las alertas y tener medios para ir por delante en la prevención. Nadie puede decir que ese nuevo hospital sería un derroche de dinero público. Y es una promesa de la Junta, desde los tiempos de Manuel Chaves, que todavía no se ha cumplido.

José Joaquín León