EN estos momentos, es imposible saber hasta cuándo durará el confinamiento en Cádiz. Pedro Sánchez ya ha pedido prolongar el estado de alarma hasta el 9 de mayo. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, por fin le ha reclamado que en Andalucía se suavice antes que en otras comunidades con más muertos. A partir del día 27, van a tratar a los niños igual que a los perros a la hora de pasear. Sin embargo, parece que no permitirán algunas medidas de relajación que ya existen en los demás países de la Europa confinada, como correr y caminar durante algunas horas del día. Sería como si vamos al supermercado, pero sin bolsas, y con cierto espíritu deportivo, sin llegar a lo Kipchoge. Mientras, siguen publicando estudios que alertan de que Cádiz no está tan mal como para acentuar el sadomasoquismo. Y, además, tenemos sol y playas.

Como ya ha informado este Diario, un estudio realizado por profesores de la Universidad de Sevilla, entre ellos el catedrático Alfonso Gañán-Calvo, a través de una fórmula matemática publicada en la revista científica The Lancet, estima que el confinamiento debería durar 40 días en Cádiz, en los que se obtendrían los mismos resultados que con 80 días en Madrid. Se debe a que aquí la incidencia de la pandemia es mucho menor. Entre otras cuestiones, porque se atajó en una fase inicial. Ya se ha explicado tropecientas veces que el confinamiento en Madrid debió empezar el 1 de marzo, como muy tarde, y que decretarlo así hubiera ahorrado miles de muertes.

Otra ventaja: se supone que en las próximas semanas beneficiará el calor, aunque sin confiarse. Los estudios en laboratorio avalan la destrucción del coronavirus a 60 grados, temperatura que nunca se ha registrado en Cádiz, ni siquiera en Sevilla o Córdoba. Hay expertos que alertan de que en algún caso fue destruido a los 90 grados.

Por otra parte, en las playas, se supone que el coronavirus no se puede propagar en el mar. Se podría contagiar en una playa por el contacto directo, igual que en otros espacios públicos permitidos. Sin embargo, guardando las distancias sociales y las medidas de seguridad, las playas están entre los lugares más fiables, al tener sol y mar. Siempre que no te claven la sombrilla de al lado a menos de un metro.

Todo esto hay que valorarlo y tenerlo en cuenta, para no ampliar el sadomasoquismo más allá de lo que sea justo y necesario. Y sobre todo para no cerrar las playas, ni fastidiar aún más al turismo, sin que existan motivos científicos que lo aconsejen.

José Joaquín León