LA rectificación del Gobierno para que los niños puedan salir a pasear ha provocado un cachondeo general. Es un ejemplo más de que el problema no es de izquierdas ni de derechas, sino de ser eficaces o inútiles, como Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Con el terrible problema añadido que ser inútiles cuesta vidas y ruina. En la rectificación de los niños, este Gobierno consiguió aglutinar en contra a todo el arco iris político: desde Vox a los Anticapitalistas. Incluso algunos socialistas horrorizados tuitearon en contra de la medida que anunció María Jesús Montero, cuyo papelón como portavoz está siendo inolvidable. Ya supera a Isabel Celáa, lo que parecía imposible.

En los memes y chistes, que abundan, hemos leído: la Montero tuvo una confusión en la dicción, quería decir que los niños podrían salir de paseo al campo, y ella lo confundió con Alcampo. Sí, el de Jerez. O Hipercor, Mercadona, Lidl, Carrefour o lo que sea. Los niños estaban locos por ir al súper.

¿Y cómo van a salir? Sus padres los acompañarán. ¿Un niño y una niña de 14 años irán de la mano de sus padres? Y lo dicen los mismos que querían permitir el aborto a las niñas de 16 años sin consentimiento paterno. Los niños y las niñas, en dos años, aprenden una barbaridad. Algunos saben incluso más que sus padres, a los que pueden pasear ellos, igual que al perro o al gato.

Gracias a esa memez, nos hemos olvidado de otra: ¿por qué España es el único país de Europa occidental donde no se puede salir a correr? Lo explicó Fernando Simón: “Una persona que va corriendo sola o en bicicleta no implica riesgo para la sociedad”. Bueno, implica más el ciclista, que puede atropellar a alguien con las bicicletas en el carril. ¿Entonces? Simón dijo que el problema es que no se puede controlar que el corredor simule para saltarse el confinamiento.

Lo de siempre: aquí, durante el estado de alarma, usted es un delincuente mientras no demuestre lo contrario. No se fían. Es la diferencia con los países democráticos, donde se interpreta que hay ciudadanos responsables. Este problema viene desde Adán y Eva en el paraíso. Dios los deja a su aire y los echa cuando desobedecen. Pero aquí se supone que Adán y Eva son picarescos, funcionan en B, y van a hacer trampas con la serpiente para comerse la manzana sin que se entere ni Dios.

La pandemia va a menos. Se podría controlar con miles de test, mascarillas para todos y medidas de prevención. Como no hay test, ni mascarillas suficientes, prefieren encerrar a la gente hasta que reviente.

José Joaquín León