EN la provincia de Cádiz no sirve ninguna de las unidades de destino en lo universal. En las dictaduras (y en las democracias orgánicas, como decían en los tiempos de Franco) buscan que no se pierda lo esencial: mandamos nosotros y obedecen ellos. Las provincias no son un invento del franquismo, sino que venían del siglo XIX, con Javier de Burgos, en los tiempos de la regencia de María Cristina. No obstante, el franquismo utilizó las provincias para acabar con el separatismo catalán y vasco y los afanes autonómicos de otros territorios, que ya se habían intensificado en la Segunda República. La provincia sigue viva. Ahora se habla también de los distritos sanitarios, que tienen el peligro de convertirse en otra unidad de destino en lo universal. Es decir, alejarse de la realidad.

Pensemos en la provincia de Cádiz. La capital es Cádiz propiamente dicha, pero además hay una ciudad (sí, ciudad, no es un pueblo), llamada Jerez de la Frontera, que pronto tendrá el doble de habitantes que la capital. Y, además, está la novena provincia, como se decía en los tiempos de Patricio González como alcalde de Algeciras. Ahora, con José Ignacio Landaluce, ya no se dice, pero también tiene más habitantes que Cádiz. Sin embargo, aparte de esa peculiaridad, hay cuatro distritos sanitarios.

En esta crisis del coronavirus, asimismo contribuyen a alejarnos de la realidad. Hay un distrito que se denomina Bahía de Cádiz y La Janda. Y olé, se podría añadir. No coincide con la mancomunidad. En ese berenjenal entra desde Cádiz hasta Barbate. Pasando por Conil, Chiclana y otros municipios. La incidencia del coronavirus no es igual en todos. Es mejor en los municipios donde no hay hospitales, que han pasado a ser un peligro, el principal foco de contagios. Más estrepitoso es el caso del distrito de la Sierra, distorsionado por la residencia de mayores de Alcalá del Valle. El porcentaje de contagios es mayor, a pesar de que hay pueblos como Zahara de la Sierra, Olvera, El Bosque, Espera, Puerto Serrano, Villaluenga o Torre Alháquime, entre otros, sin casos, o con dos o tres. Sería el mejor distrito de la provincia de Cádiz, si no padeciera un problema puntual en uno de sus municipios.

Así que el municipio también es importante para algunas cosas. Y deben tener en cuenta a los alcaldes, en ocasiones. En los tiempos de Franco elegían los concejales por familias, municipios y sindicatos. Naturalmente, todos los que mandaban eran de los suyos. No voy a establecer más comparaciones, pero tengan cuidado con los distritos. Vuelvo a insistir: lo más importante es la realidad.

José Joaquín León