PONER puertas al mar siempre se ha considerado como una tontería, peor que al campo. Pues lo mismo se puede decir de las playas gaditanas, cerradas al baño. No confinen también a la mamá naturaleza, ya puestos a regular todo, y a prohibir lo que se les antoja a tontas y a locas. El tiempo meteorológico condiciona a su modo. Si llueve, como en esta semana, la gente no va a la Caleta. Pero cuando apriete el calor, tenerlas cerradas no será un lujo, sino una carajotada más. Y, sobre todo, que no se pueden vincular las aperturas de las playas a los hoteles, como pretende el vicepresidente de la Junta. Juan Marín. Porque las playas son independientes.

La Junta defendió que la apertura playera y la movilidad entre provincias comiencen el 25 de mayo, con la entrada de la fase 2. Eso es lo más razonable. Pero, después de una mesa redonda telemática con Stefaan de Clerck, presidente de la los hoteleros de Cádiz, y con Antonio de María, presidente de Horeca, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, salió diciendo que era mejor retrasar la apertura “al 8 o al 10 de junio”.

No es mejor, sino peor, para los vecinos de Cádiz y otros puntos del litoral, y para quienes compraron segundas viviendas en el Novo Sancti Petri, Vistahermosa, Costa Ballena o Zahara de los Atunes. Puede que sea mejor para los hoteles y para algunos restaurantes, que dispondrán de más tiempo para prepararse, y se ahorrarán pagar a su personal algunos días de mayo, seguramente ruinosos, al no haber turistas.

Es decir, parece justo y hasta necesario que los hoteles abran el 8 de junio, el 10 de junio, o incluso el 1 de julio, si así lo estiman oportuno. ¿Pero por qué vincular la apertura de las playas a los hoteles? Hay playas más allá de los hoteles. Pocas, pero algunas quedan. ¿Y por qué quiere abrir las playas el 10 de junio, que es un miércoles? Porque el jueves 11 es el día del Corpus, festivo en algunas ciudades andaluzas, como Sevilla y Granada, y comienza un puente laboral.

El mar es un dique de contención contra el coronavirus. No hay evidencias científicas, dicen algunos. ¿No? Hay pistas: fíjense en los mapas de la pandemia. En España todas las provincias con menor tasa de coronavirus están a la vera del mar, en las costas, o son islas. Pero no sólo en España. En Europa, el coronavirus se ha notado menos en Islandia y los países escandinavos, en Portugal, en Grecia… En Italia ha afectado menos al sur que a Milán. En Asia y América las ciudades con mar resisten mejor.

Pero aquí cerramos las playas para el baño y le ponemos puertas al mar.

José Joaquín León