CÁDIZ es así. En el resto de Andalucía (incluido el resto de la provincia, más allá del Río Arillo y el Río San Pedro), están contentos porque hemos recuperado la movilidad autonómica. Familias divididas, personas que se confinaron en el lugar inadecuado y no se podían desplazar a otra provincia, etcétera. Y algún alivio para el turismo: podrá beneficiarse de las llegadas de sevillanos y cordobeses, que no ven el mar desde hace tres meses. Y que tienen pisos en la costa, o pueden alquilar estancias de fines de semana. A eso se suma la necesidad de fortalecer la oferta gaditana para competir, en un verano que se intuye muy difícil. Sin embargo, en Cádiz, hoy se reúne la Junta Ejecutiva del COAC, a modo de sabios gaditanos de Kichi, para analizar las fechas del Carnaval de 2021, que pretenden celebrar en Cuaresma.

Como ustedes comprenderán, este es un asunto de la máxima importancia para Cádiz. Si hay más autónomos y pequeños empresarios arruinados, eso es secundario. Si los demandantes del ingreso mínimo vital dan siete vueltas a la plaza de San Juan de Dios, tampoco importa demasiado. Esto es como el circo de los romanos. En habiendo Carnaval, todo lo demás importa menos.

Dicen los aguafiestas: si pusieran el mismo interés en arreglar los verdaderos problemas de Cádiz, a lo mejor esta ciudad tenía unas estadísticas más presentables, a lo mejor no huían las empresas de la Zona Franca, a lo mejor no cerraban las tiendas de Amancio Ortega en la calle Columela para mudarse a Bahía Sur, a lo mejor podían pensar en otras alternativas para atraer empresas y talento a Cádiz.

¿Talento dice usted? Todos los talentos locales componen repertorios. Ahora se les ha ocurrido celebrar el Carnaval en marzo, porque así hay menos riesgos para el coronavirus. ¿Eso se lo han preguntado al doctor Don Simón, o qué? ¿De dónde se lo han sacado? ¿Eso lo han leído en la revista The Lancet? Este año, con las fiestas en marzo, Cádiz se hubiera quedado sin Carnaval. El confinamiento empezó en marzo, y además que le van a hacer la competencia al 8-M.

Otra posibilidad a valorar, dicen algunos, sería aplazarlo a mayo. Bueno, sería como recuperar las Fiestas Típicas Gaditanas de José León de Carranza. No sé si podemos, o si lo prohibirá la memoria histórica. Aunque lo ideal sería dejar el concurso en sus fechas naturales de febrero, reducirlo a la cuarta parte, y rezarle al Regidor Perpetuo para que nos proteja. A lo mejor, no hay segunda oleada. No sean gafes. Y trabajen un poquito más por lo que no es Carnaval.

José Joaquín León