LA gaditana playita de Santa María del Mar ya ha salido en todos los telediarios nacionales, en Canal Sur con Fernando García y Juan Manzorro, y pronto será mundialmente conocida. Ha sido la primera en completar el aforo en la fase 2 de la desescalada, en unas condiciones que confirman la anarquía del neosalvocheísmo gaditano. Después dirán que soy exagerado, pero tenemos una ciudad de cachondeo en el más estricto sentido de la palabra. En una información que publicó Pablo Durio, en este Diario, ha explicado cómo se adoptó la decisión de cerrar la playa, de la que se enteró la Policía Local por la megafonía. Se le ocurrió a un socorrista, que grosso modo calculó que ya se había cubierto el aforo de 3.648 criaturas, además de que en pleamar la gente se echa encima.

Es sólo el comienzo de un verano apasionante. Todavía no han llegado Pamela y los vigilantes de la playa, que cobrarán 1.900 euros de la Junta de Andalucía. Esperemos que no haya conflicto de competencias entre los vigilantes de la playa, los socorristas, la muchacha del altavoz, la guardia motorizada, los que morsegan en la azotea, Kichi que se está bañando en la Caleta, David que bajó a la Victoria... Parece el caos.

Y ya tenemos más madera. ¿Cómo se te ha ocurrido, Antonio de María, la privatización de Santa María del Mar? Vamos a remunicipalizarla del tirón. Ha llamado la atención esa extraña sugerencia, en nombre de Horeca, para que reserven unas 200 plazas de la playita a los clientes del hotel de la Avenida. Esas cosas pasan en Italia, en Portugal y en los resorts de algunas islas españolas. ¿Pero en Cádiz? Aquí las playas nunca han sido un resort. Y resortear unos metros de playa puede derivar en tragantás. Ya ha explicado José Antonio Hidalgo que eso se descartó en los años 40. Era una playita chunga.

Ahora vienen los sevillanos, a los que pintan como Atila y sus miarmas. Vienen de pasar tres meses sin ver el mar, ni de lejos. Vienen con sed de mar, y con un puente festivo del Corpus. Porque allí han suspendido la procesión, pero no la fiesta local. Menos mal que el tiempo fresco no acompañará demasiado. Pero es igual, la gente va a las playas para llenarlas y rellenarlas.

Santa María del Mar promete días de gloria. Algunos decían que es la playita más pija de Cádiz, por su cercanía a Bahía Blanca. Otros la llaman Santa María, a secas, porque el barrio tampoco queda lejos. Playita que era de una sencilla convivencia gaditana, y que ahora se ha convertido en la playa de la Bernarda. ¿En dónde nos vamos a bañar, por culpa del coronavirus?

José Joaquín León