EN este verano de 2020 no habrá Operación Paso del Estrecho. Eso es lo que dijo el ministro de Exteriores del Reino de Marruecos, Nasser Borita, en la Cámara de Representantes de su país. Es raro que ningún representante de Unidas Podemos saliera de inmediato para decir que este señor es un racista. Es lo que dijeron cuando el presidente de la Junta, Juanma Moreno, le pidió a Pedro Sánchez que tuvieran mucho cuidado con la Operación Paso del Estrecho, en la que tres millones y medio de marroquíes viajan de Europa a África, en su mayoría de Algeciras a Tánger. Pero lo que anunció el ministro marroquí hay que situarlo en su contexto. Para que no se forme un gran jaleo en Algeciras, ni se monte un escándalo internacional.

Nada más anunciarlo unilateralmente Marruecos, habló el doctor Simón (¿quién si no?, de suyo es parlanchín), y dijo que era una medida prudente. “Nos hacen un gran favor”, añadió Simón, que tampoco ha sido acusado de racista. Por su parte, el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce (del PP) se llevó las manos a la cabeza, por estimar que puede ser la peor operación de los últimos años. Considerando que quizá lleguen hasta Algeciras decenas de miles de marroquíes con el propósito de cruzar el Estrecho, y sin vigilancia suficiente, ni controles. Por lo que pide al Gobierno de España que haga un seguimiento con Marruecos.

Ayer habló la ministra de Exteriores del Reino de España, Arancha González Laya, una señora que pasa desapercibida, y que ha confirmado que este año no habrá Operación Paso del Estrecho (sin que tampoco haya sido acusada de racista, ya que hay ministros y ministras podemitas en el mismo Gobierno), y añadió que España estará preparada si Marruecos abre las fronteras y algunos marroquíes intentan pasar.

Atención a este asunto, que puede condicionar las fronteras para el turismo. Un marroquí que viva en Francia o en Bélgica puede llegar hasta Algeciras si las fronteras interiores de la UE están abiertas con esos países. Marruecos cerró sus fronteras con España y no tienen ganas de abrirlas todavía. Gran parte de la solución está en Rabat. Si no abren, no entra nadie. Y si abren, lo pondrían difícil, con nueve días de confinamiento al que llegue y pruebas obligatorias.

No obstante, en Madrid y en Bruselas tienen algo que decir sobre las fronteras exteriores para ciudadanos de terceros países. Han entrado serias dudas sobre la apertura. El flujo de Europa a África y de África a Europa es un gran peligro. Para la provincia de Cádiz hay mucho en juego.

José Joaquín León