EL Carnaval se escapó del coronavirus por los pelos de la bruja Piti. Si el doctor Simón llega a enterarse de que la pandemia ya existía dos semanas antes, aparte de no permitir las manifestaciones del 8-M, se hubieran cargado el Carnaval en la calle. Pero no vamos a especular con el pasado. Ahora el gran problema filosófico lo tenemos con el Carnaval de 2021. Las asociaciones de autores, comparsistas, los patronatos y demás entidades que velan por la idoneidad de esta singular fiesta, tienen un plan A, un plan B y algunos planes más, con el objetivo de que el Carnaval de 2021 se pueda celebrar. ¿Qué sería de Cádiz sin su Carnaval? Es inimaginable.

Si resulta imposible en sus fechas propias (que es lo ideal), una de las opciones es trasladarlo a la segunda quincena de abril, después de la Semana Santa. Otros han hablado de la primera quincena de mayo. Esta última tiene la desventaja de que sería como las antiguas Fiestas Típicas Gaditanas. Aunque en la segunda quincena de abril podría coincidir con las principales ferias, como Sevilla, Jerez y El Puerto, si no las suspenden. Con lo que se volvería a recordar aquella histórica letra de ‘Los julianes’, de Paco Alba: “Hay quien dice que Cádiz no tiene fiestas ni feria que aventaje a otras capitales”. Ese Carnaval sería como la Feria de Cádiz. Y podrían cantar tangos y pasodobles en las casetas de otras ferias auténticas.

Los puristas dicen que no se debe separar el concurso del COAC del Carnaval en la calle. Aquí la pregunta del millón es: ¿Habrá Carnaval en la calle? En estos precisos momentos es imposible saberlo. Depende de usar las mascarillas, de descubrir los contagios a tiempo, de que ocurra un milagro, etcétera. Y si se prohíbe el Carnaval en la calle, ¿podría celebrarse el concurso del Gran Teatro Falla, cumpliendo condiciones de aforo y en según qué circunstancias?

El concurso se organiza pensando en la posterior celebración callejera. Sin embargo, es bastante discutible ese maximalismo de “si no hay Carnaval en la calle, tampoco concurso”. El COAC es una parte del Carnaval, también respetable. La decisión no se puede adoptar todavía, pero se debe fijar una hoja de ruta precisa para que autores y agrupaciones sepan a qué atenerse.

En 2020 han suspendido las procesiones de Semana Santa y demás actos religiosos públicos, así como las ferias, el fútbol con espectadores y todas las celebraciones masivas. Es decir, que si suspenden el Carnaval de 2021 sería una gran pérdida para Cádiz, pero no se acabaría el mundo. Sería como si todos los autores se toman un año sabático.

José Joaquín León